GUANTÁNAMO, Cuba – Este 17 de agosto se cumplen 145 años del fusilamiento de Pedro Figueredo Cisneros (Perucho), creador de nuestro Himno Nacional.
Abogado, primo del Mayor General Luís Figueredo, Perucho nació en Bayamo, antigua provincia de Oriente, el 29 de julio de 1819. Su vivienda fue el principal centro de conspiración revolucionaria de toda la provincia, un lugar donde era asidua la presencia de otros padres fundadores de la Patria como Francisco Vicente Aguilera, Francisco Maceo Osorio y Carlos Manuel de Céspedes.
En su domicilio se constituyó el 14 de agosto de 1867 el Comité Revolucionario de Bayamo donde Perucho fue designado vocal. Un año después asistió a las reuniones de San Miguel de Rompe y de la hacienda de Muñoz para participar en la preparación de la guerra.
El 17 de octubre de 1868 se unió con sus hombres a Carlos Manuel de Céspedes en Barrancas para atacar Bayamo al día siguiente, fecha en que el Padre de la Patria lo nombró Teniente General y Jefe del Estado Mayor General bajo las órdenes del Teniente General Luís Marcano, quien era el Jefe de Operaciones.
El 11 de abril de 1867, al formarse en Guáimaro el primer gobierno de la República en Armas, presidido por Carlos Manuel de Céspedes, Figueredo fue designado Sub secretario de Guerra con el grado de Mayor General y también trabajó como jefe de despacho del Padre de la Patria.
Renunció al cargo de Sub secretario de Guerra por estar en desacuerdo con la destitución de Manuel de Quesada como General en Jefe del Ejército y estando convaleciente de fiebre tifoidea fue apresado por los españoles en la entonces región de Las Tunas y trasladado a Santiago de Cuba donde fue fusilado.
La historia del Himno Nacional según Ramiro Guerra
Según Ramiro Guerra escribió en su obra “Guerra de los Diez Años” (Editorial Pueblo y Educación, primera reimpresión, La Habana, 1989, p.70, Tomo 1), a mediados de 1867 en el Bufete de Perucho Figueredo se encontraron con éste Francisco Vicente Aguilera y Francisco Maceo Osorio quienes le expresaron a Perucho la necesidad de contar con un himno semejante a La Marsellesa que levantara los ánimos de los patriotas en la contienda. Maceo Osorio pidió a Perucho que se encargara de ello debido a sus conocimientos musicales y esa misma madrugada Figueredo compuso la letra y la música. Luego Manuel Muñoz, otro patriota bayamés, realizó la orquestación.
Señala Guerra que en una oportunidad el coronel Udaeta, gobernador de Bayamo, escuchó la música del que pronto se convertiría en himno de todos los cubanos pero la letra pertenecía a una canción popular. Según el historiador al gobernador le llamó la atención que la música tenía mucho de marcha militar pero no adoptó medida alguna.
La sospecha del gobernador se hizo realidad cuando fue apresado después de que Bayamo fuera ocupado por los insurrectos. Desde su lugar de confinamiento escuchó nuevamente la música pero esta vez con su verdadera letra, cantada por los enardecidos patriotas.
Al legarnos uno de los símbolos más importantes de la patria, Perucho Figueredo trascendió el tiempo y se inmortalizó en el ya largo camino del pueblo cubano en pos de la democracia por la que él también luchó.