Varios raperos cubanos respondieron a las alegaciones de la agencia AP de que el movimiento de hip-hop en la isla fue financiado por la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) “para derrocar al gobierno de Cuba”, como mejor saben hacerlo: interpretando un rap.
En la canción Este es el tema, los raperos Maikel Extremo, Bárbaro “El Urbano”, Charly “Mucha Rima”, Escuadrón Patriota, Navi Pro y Nene 9mm (La Alianza), Soandry (Hermanos de Causa) y David D Omni se refieren a la AP como prensa “hipócrita y amarillista” y aseguran que “nadie” los puede comprar.
“Tinta y papel, única arma para responder contra un régimen que mata y abusa de su poder. Associated Press, publique algo que interese, como el hambre que padece un pueblo que no se merece tanta desinformación”, canta Navi Pro.
La AP publicó que la USAID habría subcontratado a la compañía Creative Associates International y a un promotor serbio para “infiltrar” la escena del hip hop y la música alternativa en Cuba, “reclutar” artistas y “avivar a su fanaticada para que luego desafiaran al gobierno cubano”.
En entrevistas con el Nuevo Herald, tanto el rapero Aldo Rodríguez Baquero, miembro del grupo de los Aldeanos, como el productor de eventos Adrián Monzón, negaron haber trabajado para la USAID con el fin de derrocar al gobierno cubano. Baquero también rechazó acusaciones de que el financiamiento de la USAID hubiera impactado en el tipo de música desarrollada por el grupo.
Según Raudel Collazo, conocido como Escuadrón Patriota, el móvil de los raperos para hacer la canción fue protestar ante “las repugnantes mentiras y calumnias” surgidas a partir de la publicación de la investigación de AP.
“Estábamos profundamente ofendidos porque, primero, era un ataque contra Los Aldeanos, contra Aldo, pero nosotros sentimos eso como un ataque contra todos nosotros”, dijo Collazo en entrevista telefónica con el Nuevo Herald.
Desde su natal Güines, en la actual provincia de Mayabeque, Collazo se refirió al “bombardeo mediático” que siguió a la investigación de AP. “Le dieron cobertura aquí por la televisión, por la prensa, por todos lados, fue como una campaña fortísima”, dijo, con la intención de “desacreditar”, a los Aldeanos y al movimiento de hip-hop en general.
El sentimiento de Collazo es extendido dentro de la comunidad de raperos contestatarios, aunque reconoce que algunos “sintieron incertidumbre porque no sabían si era verdad o no”.
“En el plano personal, me molestó el enfoque que le dio la prensa cubana a la noticia”, sobre todo la “victimización” de los músicos cubanos, explicó Soandres del Río Ferrer, más conocido como “Soandry”, del grupo de hip-hop Hermanos de Causa.
“Nosotros no fuimos ingenuos ni fuimos utilizados”, aseguró Soandry, quien se encuentra actualmente de visita en Miami y defendió que los raperos independientes como él buscaran “fuentes de financiamiento alternativas”.
“En Cuba no hay una libertad económica que permita a alguien que sea dueño de un local patrocinar eventos, ni uno puede aplicar a fondos de marcas internacionales para recibir dinero a cambio de promoción de esas marcas, ni puedes aplicar a universidades para obtener financiamiento. Se lo pides a las instituciones culturales cubanas y te dicen qué no. Entonces, ¿qué vamos a hacer?”, preguntó.
Este es el tema fue creada en el estudio independiente que David Escalona (David D Omni)—músico y artista plástico miembro del colectivo Omni Zona Franca—creara en su casa, en Guanabacoa, un barrio de la periferia capitalina.
“Una cosa así debería tener al menos una respuesta. Hicimos lo que pudimos, porque ese tema llevaba un buen video clip y que saliera al otro día de haber salido la noticia, pero las condiciones de Cuba son extremadamente difíciles; la gente vive muy lejos, para poder hacer trabajo de coordinación es toda una odisea”, comentó Soandry.
La censura y el hip-hop contestario
“Estamos como un balsero a la deriva porque al arte independiente se le hostiga”, rapea Charly Mucha Rima en Este es el tema, refiriéndose a la censura y la marginalización que enfrentan los artistas que quieren independizarse del estado.
“Hay un movimiento de cubanos que han comenzado a proponer”, explica Escalona. “Vienen del periodismo, la economía, áreas de la cultura y han terminado perdiendo su trabajo y cómo ganarse la vida. Hay muchos que hacen hip hop y otros crean espacios para otros artistas como Matraka u Omni Zona Franca, que están prohibidos en los cines y teatros porque aquí todo es del estado”, continúa.
Escalona destaca que esta situación obliga a estos artistas independientes a “aplicar por financiamiento en el exterior” y que las autoridades cubanas utilizaron la historia de AP para “meter a todos los que reciben dinero del extranjero en el mismo saco y así poder reprimir después, como han hecho siempre”.
En la canción, los raperos también se cuestionan los motivos detrás de la publicación de la investigación de AP y su amplificación en la prensa oficial cubana:
“¿Qué fabrican, qué planean, dime, a qué le tienen miedo. ¿Qué preparan, un terreno para actuar con inmunidad, para poder reprimirnos con toda la impunidad?”, dice la letra.
Para Soandry, “hace rato que la gente que dirige la cultura cubana está tratando de crear una mala opinión en el público con respecto al arte contestario” y “tratan de cortar hasta cierto punto esa forma de liderazgo”.
“Todos estamos molestos con el tratamiento que se le da a la música que hacemos dentro de la isla y estamos incómodos porque ahora mismo no hay espacios donde cantar, donde presentarse y hay mucha censura”, continúa y asegura que “antes de que saliera la noticia, ya era imposible cantar en Cuba, a menos que sea reguetón o, si vas a hacer rap, que sea una canción de los ‘Cinco Héroes’ o cosas así que les gusten a ellos”.
Ninguno de los tres raperos entrevistados para este artículo tiene autorización para cantar en público en Cuba.
Collazo, que es miembro de la estatal Agencia Cubana de Rap, culpa a la burocracia como mecanismo de control. “Es complicado, nunca te dicen que no directamente, pero al cabo del tiempo, tú mismo desistes”, explica.
Por su parte, Escalona, quien no tiene ninguna afiliación institucional y, por ende, autorización oficial para actuar en público, da fe de la presión recibida por los administradores de un club nocturno habanero, El Diablo Tún Tún, a quienes oficiales de la Seguridad del Estado conminó a impedir que el rapero se presentara nuevamente en ese local.
Pero los tres están preparando o a punto de lanzar sus nuevos discos. El hip-hop contestario sobrevive en la isla, pese a la censura, gracias a las nuevas tecnologías y un mercado alternativo de distribución a través de CDs y memorias portátiles.
“Antes había un control de las productoras discográficas; donde único podías grabar un disco era en [la disquera estatal] EGREM. Hoy, gracias a la tecnología, uno puede grabar un disco en una casa”, señaló Soandry, quien dirige actualmente el festival independiente de hip-hop Puños Arriba.
“Gracias a los temas grabados y a la manera de reproducción underground es que es imposible apagar de una vez y por todas a todo el movimiento de hip-hop, porque no te puedes presentar pero seguimos haciendo discos, seguimos grabando”, explica Soandry.
Él cree que el gobierno cubano seguirá intentando censurar al hip-hop contestario: “Van a hacer hasta lo imposible para tratar de ‘apagarnos’. El rap es un género que está proponiendo cosas y está cuestionando hacia dónde vamos, hacia dónde nos dirigimos y eso es algo muy importante para la sociedad, pero el poder no lo ve así”, concluye.
Soandry y David D Omni, se presentarán en concierto en La Madriguera de Miami, el próximo 28 de febrero. Ese mismo día ellos participarán en un panel de la Décima Conferencia de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos, organizado por el Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida (FIU).
Puede seguir a Nora Gámez Torres en Twitter: @ngameztorres
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