LA HABANA.- Los semáforos apagados provocando una anarquía vial es la menor de las señales del caos que se describe en la céntrica intersección de las calles 23 y 12, donde un enjambre de trabajadores de la construcción y dirigentes locales estaban convocados a pulir las cuatro esquinas antes del día de 17 de abril.
Las brigadas de obreros que trabajaron desde hace siete meses de sol a sol reponen el alumbrado público y colorean fachadas en torno al edificio “Sarrá”, bautizado por el actual gobierno con el nombre de “Doce y 23”.
El edificio, proclamado como Monumento Nacional dentro del Patrimonio Cultural habanero, indica el sitio desde donde se proclamó, en abril de 1961, el carácter socialista de la revolución de la revolución que había tenido lugar poco más de dos años antes.
Este domingo el Tribuna de La Habana, periódico provincial del Partido Comunista de Cuba, publicó en primera plana una escueta nota bajo el titular “Continuidad de la victoria”. En la publicación partidista Teresa Lluís, directora de la empresa Diseño Ciudad Habana, anunció la reapertura del inmueble y “sorpresas que de seguro resultaran muy halagüeñas y simbólicas”.
Según la nota de la prensa oficial extraída de un comentario en Facebook, para la jornada de celebración del 17 al 19 de abril, en los bajos del edificio, se inaugurará una galería dedicada a Fidel Castro.
Todo indica que los esfuerzos de última hora alrededor del punto donde se inició el “socialismo cubano” están llamados a ubicar, simbólicamente, la brújula que debe señalar la ruta al nuevo presidente del Consejo de Estado, que elegirá esta semana la Asamblea Nacional.
Los residentes en los alrededores aseguran que el próximo jefe de Estado, sin el apellido que ha estado rigiendo a Cuba durante casi sesenta años, ofrecerá un discurso similar al de Fidel Castro en 1961, para reafirmar el socialismo. La cronología de actividades planificadas publicadas este domingo por Tribuna de La Habana, señala que el 16 de abril se llevará a cabo el acto por la Declaración del Carácter Socialista de la Revolución. Otras fuentes oficiales de la localidad anuncian la continuidad de actos hasta el día 19.
La verdadera imagen del socialismo
Jorge, el presidente del Consejo de Vecinos del edificio de Doce y 23, no podrá disfrutar de la reparación capital del inmueble donde vivía. Murió mientras batallaba contra las autoridades de Gobierno para que el antiguo edificio Sarrá fuera debidamente reparado.
En el 2012 la edificación de cinco plantas fue declarada “inhabitable-reparable” y Jorge, junto a los vecinos de los 32 apartamentos, fue trasladado para un albergue “temporal”.
La primera reparación planificada se intentó llevar a cabo con 18 trabajadores del contingente Blas Roca. La falta de resultados fue justificada con la escasez de materiales para reparar los arquitrabes, las columnas y la cimentación, dañados de forma considerable. Recuerdan los vecinos de la zona que después de un “pase de mano” a la deteriorada estructura, se diplomó la escalera del edificio.
Basados en la importancia histórica del inmueble, los residentes en el edificio reclamaron durante dos años la añorada reparación para regresar a sus casas. Pero la estructura continuó inhabitable, apoyada en la madera que la apuntalaba.
A finales del 2015, un impulso de la propaganda política dirigida a fortalecer la imagen la de “esquina socialista” se propuso finalizar la tarea pendiente. Se decidió una nueva reparación que cobró su verdadera fuerza reconstructiva a finales del 2017. Aunque no se conocen el monto de la última inversión, los trabajadores y dirigentes locales entrevistados para este reportaje coinciden que resultó similar a la construcción de un rascacielos.
Un exfuncionario de la Dirección Municipal de la Vivienda, quien expresó temor de ser identificado, dijo a CubaNet: “El gasto en madera para apuntalar el edificio sobrepaso el millón de pesos (…) Es incalculable el dinero que se ha invertido. Solo en el acero y el cemento que se importó se invirtieron millones de pesos”.
La fuente asegura que en la actualidad trabajan dentro de la obra las brigadas Blas Roca, ECOA 5 y 6, y Constructora Caribe.
“Se están dando cabezazos los obreros. Hay demasiados (…) Cobran más de mil pesos sin hacer nada, es una locura de gasto”, dijo la fuente.
Referente a la nota publicada por la prensa oficial, un internauta identificado como Roberto comentó: “En 25 y G, están los edificios Chivas (sic) y Palace. El Chivas llevan casi un año pasándole la manito y no terminan porque no les pagan a los trabajadores (…) Hay que aprovechar las fechas para los maratónicos cumplimientos”.
Otro comentarista expresó: “Los que pasamos a diario por esa esquina, podemos ver que lo que se hace es un maratón para terminarlo antes del 16. Por lo tanto, temo mucho por la seguridad de las familias que regresen allí“.
Reparar de forma eficiente el sitio señalado como el comienzo de los males presentes es interminable y costoso. Sería como reparar las seis décadas de socialismo en Cuba. Así lo confirma Remberto Martin, uno de los obreros que labora en la reparación del edificio Sarrá. Al preguntarle por la calidad de la obra, respondió encogiendo los hombros.