A pocas horas de ser reprimida violentamente una protesta pacífica en el poblado de Caimanera, de la provincia de Guantánamo, y de conocerse el despliegue de efectivos militares en la zona, trasciende la noticia de otra manifestación anterior en el poblado vecino de Boquerón, aseguró una fuente local a CubaNet.
Los motivos son los mismos: hay hambre en la población y las autoridades no abastecen a una zona aislada del resto del país -y anteriormente priorizada- que colinda con la base militar de Estados Unidos en Cuba. El estatus de “municipio especial” para Caimanera ya no lo es tanto.
“Solo nos han dado dos libritas de arroz en lo que va de mes y la gente está obstina’. No tenemos nada. Ya no nos están trayendo carne; ahora es picadillo, y cuando viene. En el mes de abril no nos trajeron aceite. Todo es mentira y una farsa”, dijo una fuente local que prefirió el anonimato por temor a represalias.
Antes de Caimanera, protestó Boquerón
En similar situación se encuentran los pobladores de la localidad caimanerense de Boquerón, quienes también protagonizaron una manifestación cívica el lunes pasado.
“Hace poco hubo una revuelta porque dejaron 150 núcleos sin alimentos. [Sucedió] hace unos 5 días, fue como el lunes pasado… Solo [fue] una revuelta, pero ya le dieron sus mandados”, dijo y agregó que, en este caso, no hubo represión policial ni detenidos que se conozcan.
“Nos están matando de hambre mientras ellos viven bien. Vamos a los hospitales y nos tratan con caña santa porque tampoco hay medicamentos”, había dicho otra fuente de Caimanera a CubaNet.
En los videos de este seis de mayo, se vio a los manifestantes -ya apostados frente a la sede municipal del gobierno- exigir a las autoridades soluciones para los problemas de la alimentación y de la atención de salud pública.
Pero hay más razones para el hartazgo de los caimanerenses, además de las que fueron dadas a conocer en medio de gritos de ¡Patria y Vida!, ¡Abajo el Comunismo! y ¡Libertad!
A la falta de comida e insumos médicos, se suma el deterioro evidente del municipio que afecta todos los sectores y la vida cotidiana de sus habitantes, atizado por el aislamiento al que ha sido sometida Caimanera por parte del régimen de La Habana, debido a su proximidad con la base militar estadounidense y por temor a una estampida migratoria hacia el colindante territorio, arrendado por el vecino del norte.
“Debemos ir por nuestros medios a la provincia Guantánamo para comprarle comida a los particulares, de hecho, bien cara”, agrega un local entrevistado. Esta persona aclara que la oferta en su municipio es muy pobre porque el Estado no surte sus establecimientos de venta en moneda nacional ni en MLC.
Nótese que se trata de un municipio a unos 25 kilómetros de Guantánamo que cuenta con dos entradas terrestres custodiadas día y noche por efectivos militares que controlan todo lo que entra y sale de Caimanera. También exigen un salvoconducto o permiso para pisar el municipio a quienes no sean residentes, lo que dificulta el aprovisionamiento de la localidad por parte de distribuidores privados.
“Aquí es complicado entrar. Entonces de vez en cuando entra un tractor o un camión con algo de vianda”, dijo, mientras que en las tiendas recaudadoras de divisas “solo hay artículos como refrigeradores, nevera, ventilador y boberías así”, aseguró.
La crisis acrual supera a la de los años 90
La situación es peor que en los años más difíciles del llamado “período especial”, en la década de 1990. Por esos años mientras en el resto del país las colas para comprar alimentos eran interminables y la personas contraían neuropatías por deficiencia de nutrientes, en Caimanera se vendían a libre demanda bocadillos de hamburguesas, la casa del Huevo ofertaba menús variados y se comercializaban pescados y mariscos.
“Ahora nada de eso existe ya, solo les quedan los nombres. Aquí lo que venden es croquetas y cabeza de pescado para hacer caldo”, lamenta.
De igual forma y como ha sucedido en el resto del país, ha habido recortes en la asistencia social y otros beneficios. Aunque se mantiene el pago a los trabajadores del estipendio especial de un treinta por ciento por encima del sueldo mensual, “a los jubilados sí se lo quitaron; aquí los jubilados cobran 1542 pesos, y un cartón de 30 huevos cuesta 1400 pesos, te imaginarás”, explica.
También parece haberse esfumado el plan reforzado de alimentación que incorporaba dosis extras de carne y leche a la canasta básica subsidiada por el gobierno.
Además, hay problemas serios con el abasto de agua, que falta durante días y cuya plomería está caduca y falta de mantenimiento: “Todas las calles se llenan de agua cada vez que nos la ponen porque ninguna tubería sirve; llevan mucho tiempo de uso. Esto ha cambiado mucho. Está desbaratado”
Este domingo, Caimanera se llenó de Boinas Negras y recibió la visita de funcionarios partidistas: “Esto amaneció un poco lleno de carros del gobierno y de jefes. Ahora todo [está] tranquilo”, reafirma la fuente.
Sin embargo, el saldo de la represión que sofocó la protesta pacífica aun esta por contabilizar. Hasta el momento, se conocen cinco detenidos con violencia.
Según confirmó el activista y reportero independiente Yeris Curbelo, residente en la localidad, sus nombres son: Yandris Pelier Matos, los hermanos Felipe Correa Martínez y Luis Miguel Alarcón Martínez, y los también hermanos Rodi y Daniel Álvarez González.
En el caso de Alarcón Martínez se lo llevaron desmayado como resultado de la paliza que sufrió, precisó Curbelo.
Más tarde, voceros oficialistas intentaron vender la versión de que se trataba de personas borrachas que faltaron al orden público, aunque testigos aseguraron que en ningún momento se les vio con bebida en la mano ni tambaleándose, ni hablando enredado.
Hasta el momento de redactar esta nota, aún se desconoce el paradero de los detenidos.
Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +525545038831, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.