Para atraer capitales foráneos a la ZEDM, el Gobierno cubano ha establecido un régimen especial tributario que exonera de los impuestos por el uso de fuerza de trabajo y del pago sobre utilidades por 10 años.
Se liberará asimismo el pago impositivo aduanero por medios para inversiones en la zona y el impuesto sobre las ventas y servicios en el primer año de operaciones.
Por otra parte, los inversionistas extranjeros que se asienten en la ZEDM podrán transferir sus fondos o utilidades netas al exterior sin pagar impuestos o gravámenes, así como “repatriar” su capital.
La nueva normativa establece también un régimen laboral especial aunque la contratación de mano de obra debe, como sucede en la actualidad, realizarse a través de una entidad empleadora cubana.
Los inversionistas interesados en operar en la zona podrán hacerlo mediante la figura de la concesión administrativa en el caso de la gestión o explotación de servicios, obras o bienes públicos; o en calidad de usuarios para actividades de naturaleza productiva, comercial o de servicios.
Las inversiones extranjeras en la zona deberán ser aprobadas bien por la Oficina de la ZEDM o bien por el Consejo de Ministros si se trata de actividades como exploración de recursos naturales no renovables, explotación de recursos naturales, uso de fuentes renovables de energía o proyectos que impliquen transmisión de
propiedad estatal, servicios públicos o desarrollos inmobiliarios.
También es el Consejo de Ministros quien autoriza o deniega proyectos en los que intervengan empresas de capital totalmente foráneo o que incluyan la participación de un Estado extranjero.
Esta zona de desarrollo, la primera en su tipo en el país, consiste en la reconversión del Mariel en un moderno puerto rodeado de una gran zona industrial, que incluye la construcción de una terminal de contenedores capaz de dar servicio a buques de mercancías de gran calado con vistas a aprovechar las potencialidades que ofrecerá a la zona del Caribe la próxima ampliación del Canal de Panamá.
La inversión prevista para esa obra asciende a 900 millones de dólares, de los que 640 corresponden a un préstamo aportado por Brasil, país con el que Cuba ejecuta el proyecto.
Se espera que en enero de 2014 Raúl Castro y Dilma Rousseff inauguren la primera fase de la terminal de contenedores, que contará con un muelle de más de 700 metros.
Además del puerto, el Gobierno cubano quiere que el entorno del Mariel se convierta en una zona de desarrollo industrial con una extensión de 465,4 kilómetros cuadrados en la que regirán regímenes y políticas especiales para la inversión extranjera.