ASUNCION, Paraguay, 25 de junio (Agencias, 173.203.82.38) – El ex gobernante Fernando Lugo, destituido el viernes pasado por el Senado en un rápido juicio político, reapareció la madrugada del domingo afirmando en la televisión pública local que fue víctima de un golpe parlamentario con una herramienta jurídica, según reportes de Associated Press.
Pero Federico Franco, el sucesor de Lugo, negó el sábado que en Paraguay se haya dado un golpe de Estado y pidió al mundo que comprendiera la situación del país sudamericano, en medio de las críticas de varios gobiernos latinoamericanos.
En una mesa redonda Lugo señaló que “en nueve meses estaría retornando la normalidad con las elecciones generales” del 21 de abril de 2013. Franco completará el truncado periodo de gobierno de Lugo hasta el 15 de agosto de 2013.
“Los obispos me visitaron antes del juicio político pidiéndome que renunciara para pacificar al país. En aras al no derramamiento de sangre, a la paz, tuve que aceptar el resultado del injusto juicio político”, agregó el ex obispo del norteño departamento de San Pedro, el más pobre de la república.
Los participantes en la reunión, la mayoría militantes partidos y organizaciones de izquierda, se molestaron cuando el periodista local José Luis Simón calificó a Hugo Chávez y Fidel Castro como “tiranos y dictadores”, añadiendo que Lugo “fue un mal gobernante”. Sorpresivamente, lo dejaron sin micrófono y hubo un breve apagón. Simón fue obligado a cortar su discurso, dijo AP.
Para Franco, el gran reto inmediato será aplacar el sinsabor de gobiernos sudamericanos vecinos y del resto del continente que cuestionaron duramente el veloz juicio político y la salida de Lugo.
Argentina, Bolivia, Ecuador y Cuba dijeron que lo que se dio en Asunción fue un golpe de estado y que no reconocerán el gobierno de Franco, mientras que algunos analistas estiman que el nuevo gobernante estará aislado de la comunidad internacional.
Para Cuba, “este golpe se suma a la larga lista de atentados contra la autodeterminación de los pueblos latinoamericanos, siempre realizados por las oligarquías con la autoría, la complicidad o la tolerancia del gobierno de los Estados Unidos”, señaló una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano enviada por correo a la AP.
“No hemos sido reconocido aún por ningún país, pero aquí el país está tranquilo”, añadió el nuevo presidente Federico Franco, aclarando que no tenía mucho tiempo para las entrevistas porque estaba en la conformación del gabinete ministerial.
Franco, de 49 años y que fungía como vicepresidente, fue juramentado el viernes como el nuevo mandatario luego de que el Senado, en una sesión de apenas algunas horas, destituyó a Lugo por mal desempeño en sus funciones.