PUERTO PADRE, Cuba, octubre, 173.203.82.38 -Un pensamiento del Che Guevara campea en una pared de la unidad territorial de la Seguridad del Estado de la región norte de las Tunas con sede aquí.
El escrito lo han situado en un salón apartado. Parece difícil que moralmente pueda sostenerse en la fachada del edificio.
“Contrarrevolucionario es aquel que lucha contra la revolución, pero también es contrarrevolucionario el que valido de su influencia consigue una casa, que después consigue dos carros, que después viola el racionamiento, que tiene todo lo que no tiene el pueblo y que lo ostenta, ese es contrarrevolucionario. A ese hay que denunciarlo enseguida y al que utiliza sus influencias, buenas o malas, para provecho personal o de sus amistades, ese es contrarrevolucionario y hay que perseguirlo, pero con sangre, perseguirlo y aniquilarlo”, dice el escrito de marras.
A la luz del concepto del Che Guevara de quienes son contrarrevolucionarios y luego de repartirse tantos automóviles, tantas mansiones, de violarse el racionamiento tan reiteradamente y de utilizarse a manos llenas las influencias de los camaradas “revolucionarios” para su provecho personal, de su familia y de sus amistades, cabe preguntarse si en Cuba queda algún revolucionario, o tan selecta categoría nunca existió, o simplemente se redujo a una banda de enmascarados tras las cajas de caudales públicas y privadas.
Mas por aquello de que a quien no quiere caldo se le dan 3 tazas, alguien tuvo la oportunidad de sustanciar su posición cívica refutando las consabidas acusaciones de contrarrevolucionario, precisamente empleando el concepto del Che Guevara.
Apenas dos semanas después del profesor y traductor Eduardo Morell Mujica concedernos una entrevista (ver en Cubanet La paga del castrismo) en la que expuso sus puntos de vista sociales y políticos, y relató pasajes de su vida, el teacher Morell fue citado por la policía política ante su jefe, elTeniente Coronel Juan Peña.
-Morell, nosotros lo conocemos muy bien a usted, sabemos que usted no vota nunca, que no participa en las reuniones y no pertenece a los CDR (Comités de Defensa de la Revolución). Morell, ¿por qué usted es contrarrevolucionario? – nos refirió el profesor que le había preguntado el Teniente Juan Peña.
-Se equivoca usted, yo no soy contrarrevolucionario, me considero un revolucionario porque quiero y deseo ver a mi país progresar y eliminar las cosas feas que tenemos hoy en Cuba; hacer que nuestra prodigiosa tierra produzca y no esté cubierta de marabú, que nuestra ganadería crezca como la teníamos en el 1959, que los cubanos tengamos derecho a disponer de las cosas que son nuestras, de las casas, del caballo, de la vaca. Como revolucionario quisiera eliminar el estancamiento económico en que estamos, para que el país pueda progresar. Contrarrevolucionarios son aquellos que el Che Guevara menciona y están descritos en el cartel que está en aquella pared-, nos dijo el profesor Morell que le había replicado al jefe de la Policía Política, sin que este ripostara una palabra.
A este cronista la escena no le resulta nueva, detenido el 30 de julio pasado y conducido precisamente a aquella habitación leyó y releyó las palabras del Che Guevara, asociándolas con nombres de personas, marcas y modelos de vehículos, y direcciones de casas y mansiones, expropiadas a sus legítimos dueños, hoy en poder de gente auto titulada revolucionaria.
Y cuando de interrogado se transformó en interrogador, este cronista preguntando que quiénes son los revolucionarios en Cuba según el juicio nada menos que del Che Guevara, también el Teniente Coronel Juan Peña guardó silencio, quizás se preguntaba por la procedencia de su casa o por la procedencia de la casa de su jefe, el Coronel jefe provincial, o como se hizo de su casa el General, o se hizo de la suya el Sr. Presidente, en definitiva todas son de la misma procedencia.
Quizás ya en Cuba, para hacerse un uso correcto del idioma debe sustituirse la palabra revolucionario, por el vocablo oportunista.