LA HABANA, Cuba, enero, 173.203.82.38 -¿Qué haríamos los cubanos si tuviéramos dinero? Esta pregunta nace a partir de que se comienza a transmitir la teleserie de factura nacional “Santa María del Porvenir”. En el pueblito de Santa María del Porvenir, un día “cayó dinero del cielo”. Ese lugar, donde aparentemente el tiempo se detuvo, bien puede ser la Cuba de hoy, detenida en el tiempo, donde se sobrevive a base de supuestos milagros. Aunque en nuestro caso el “milagro” tiene origen conocido: es el petróleo venezolano.
En el pueblo recreado en la teleserie, se comienza a vivir un extraño fervor, que incluye toda índole de conflictos e intrigas entre sus habitantes. Así que cabe la posibilidad de reinterpretar esta puesta en escena de la televisión nacional como una burla o metáfora hacia el actualmente dormido pueblo cubano.
Aquí hay quien sueña con manejar dinero en grandes cantidades. Pero décadas de represión contra la iniciativa privada nos ha coartado el impulso emprendedor. En la memoria del cubano ha quedado grabada la pobreza, la miseria de todo tipo.
No es raro entonces que la transmisión de esta teleserie origine una serie de preguntas. Por ejemplo: ¿de dónde viene el dinero? En nuestras actuales circunstancias, el dinero viene de las remesas. Proviene también del capital humano de médicos y de personal especializado en deportes, que prestan servicios en otros países. Pero el dinero que percibe cada trabajador cubano por el esfuerzo de su trabajo diario es una burla a la dignidad individual.
Se sabe que con los sueldos de 15 o 20 dólares no se puede vivir durante un mes. El dinero está perdido. Para hacer dinero, la mayoría de los cubanos debe lidiar con el “invento”, el robo, las ilegalidades, y aprender a sobrevivir en medio de la corrupción imperante.
No obstante, si algún día los cubanos lográramos amasar enormes cantidades de dinero, la otra pregunta sería: ¿Qué hacer con el dinero? Por desgracia, el cubano está adaptado a vivir solamente en la centrifuga del agobiante día a día, sin vision, planificación, ni estrategias de largo alcance. EL cubano promedio que, milagrosamente logre hacerse de una cantidad signifícativa de dinero seguramente pensará, en primer lugar, en arreglar su hogar y comprar accesorios domésticos. También priorizará adquirir ropa y calzado. Algunos quizás pensarán en crear un negocio propio. Muchos, seguramente tratarán de emigrar a un país cualquiera para trabajar y, con suerte, hacerse de un pequeño o mediano capital, con el que pueda volver a Cuba para reinvertir.
Desde hace mucho tiempo, en Cuba, enriquecerse ha sido mal visto y castigado por el gobierno; el dinero es considerado “pecado” si está en las manos del pueblo.
Sin embargo, esta nueva telenovela nacional nos da una extraña brújula. Nos está diciendo que el dinero milagroso no existe y que, además, el dinero se hace con las capacidades, el esfuerzo y los talentos de las personas. Es un aviso para el despertar.
“Santa María del Porvenir”, supongamos que sin proponérselo, nos envía el mensaje de que es hora de salir de más de 50 años de estancamiento. Aunque el dinero no cae del cielo, podemos ser capaces de transformar nuestras realidades. Y también nos advierte que todo puede ser major, si somos lo suficientemente conscientes y responsables.