LA HABANA, Cuba, abril (173.203.82.38) – Los comunistas cubanos nunca han cejado en el empeño de ofrecer una interpretación torcida de la Historia que favorezca sus intereses. Uno de los ejemplos más elocuentes es el de presentar al Partido Revolucionario Cubano que fundó Martí, como un antecedente del Partido Comunista, que dirige el país desde hace décadas. Martí creó un partido para llevar a cabo una guerra de liberación, no para tiranizar a la sociedad una vez finalizado el conflicto.
Ahora el señor Ricardo Alarcón se ha reunido con estudiantes universitarios para tratar de convencerlos de que la actual constitución de la isla es heredera de las constituciones que redactaron los mambises en el siglo XIX, y en especial de la Constitución de Guáimaro, de 1869.
Resulta descabellado establecer un parentesco entre esta última y la Constitución Socialista. Un texto que anula los derechos individuales en aras de fortalecer los intereses del Estado, que no reconoce la separación de poderes, y que no fija límites para la permanencia de los funcionarios en el poder, nada tiene que ver con los afanes democráticos de los hombres que se alzaron contra el dominio español. Y ni qué decir del engendro constitucional del año 2002, que declaró inamovible al régimen que gobierna en la isla.
En Guáimaro, los constituyentes de la República en Armas se pronunciaron por un sistema de gobierno republicano, que protegería las libertades individuales y, sobre todo, que pusiese frenos a los amagos dictatoriales que aparecieran en cualquier figura de la revolución, aun si ésta fuera la del propio presidente Céspedes. Son ejemplares las palabras del joven Antonio Zambrana quien, junto a Ignacio Agramonte, fue el encargado de redactar el texto de esa primera constitución mambisa. Dijo Zambrana: “Seamos primero republicanos que patriotas, y antes enemigos de la tiranía que enemigos de los españoles”.
Señor Alarcón, por mucho que los estudiantes universitarios tengan que simular una adhesión a la ideología comunista para poder continuar sus estudios, el embuste debe tener un límite.