LA HABANA, Cuba, febrero (173.203.82.38) – Miguel Barnet aprobó el asesinato de Zapata Tamayo en febrero de 2010, la ola represiva contra 75 disidentes y periodistas independientes, algunos de ellos intelectuales, y el fusilamiento de tres cubanos que huían de la isla durante la primavera negra de 2003.
Desde su altura intelectual, Miguel Ángel Barnet Lanza, presidente de Unión Nacional de Escritores y Artistas y Diputado a la Asamblea Nacional, es uno de los soportes importantes del discurso discriminador de la dictadura.
Barnet está en los Estados Unidos, por enésima, vez para hablar de su obra y, de paso, de su visión sobre el socialismo cubano. ¿Están los intelectuales por encima de la ética humana? Todo indica que sí, al menos para ciertos círculos académicos liberales norteamericanos. Ya en 2007 invitaron al homófobo y belicoso Mahmud Ahmadineyad, a dar una conferencia en Columbia University.
Muy bueno para la libertad de expresión que Barnet visite la Gran Manzana y mejor aún para la publicidad de la tiranía. Barnet es escritor, ensayista y poeta. Fundador de la Asociación de Jóvenes Rebeldes e integrante del primer equipo de trabajo del Instituto de Etnología y Folclor. Creador, en 1994, de la Fundación Fernando Ortiz, de la cual es Presidente. Fue fundador del Conjunto Folclórico Nacional, es miembro del Consejo Ejecutivo de la UNESCO y de diversas organizaciones nacionales e internacionales. Actualmente es diputado a la Asamblea Nacional por el municipio capitalino de Guanabacoa, aunque en realidad vive en El Vedado. Integra además la Academia Cubana de la Lengua.
Un grupo de exiliados cubanos protestó por la invitación. Académicos, escritores y artistas inconformes con la presencia de Barnet en Estados Unidos, entre los que figuran el cineasta y dramaturgo Iván Acosta, el historiador Enrique del Risco, el novelista Alexis Romay y Geandy Pavón, artista plástico creador del proyecto Némesis, y otros cincuenta intelectuales, enviaron una carta al presidente de The Graduate Center, CUNY (New York University).
La carta señala, refiriéndose a Barnet: “Su voz ha servido tanto para silenciar las cotidianas y reconocidas violaciones a los derechos humanos en Cuba como para justificar la represión de los que resisten los abusos del régimen”.
Agregaría que más que silenciar, la voz de Barnet apoya. Que tanto la Fundación Ortiz como la UNEAC, bajo su responsabilidad, sirven para perseguir e inhabilitar a los intelectuales libres.
Se opone a la carta la escritora, poeta y profesora Uva de Aragón. Durante sus viajes a la isla, la señora Aragón es recibida amablemente en los salones de la UNEAC, mientras evita el encuentro con periodistas e intelectuales libres.
Barnet se presentará hoy a las 4 p.m. en el Graduate Center, en 365 Fifth Avenue, para lanzar la traducción al inglés de su novela La vida real (1986).
Por lo pronto, Barnet lo dijo fuerte y claro: “Voy a Estados Unidos a eventos académicos relacionados con la cultura cubana, con mi propia obra, con el tema racial, pero a cualquiera que me pregunte sobre el tema de los Cinco le responderé con la misma exclamación de Fidel [Castro: ¡Volverán! Porque tienen que volver”.