LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org -Los artículos laudatorios aparecidos en los medios oficiales de la Isla, tienen la intención de hacer creer que la apertura de 118 centros de Internet, constituyen un escalón más en el proceso de informatización de la sociedad cubana.
Pareciera que los periodistas que han redactado estas informaciones viven al margen de la terrible realidad económica en la que está sumida la población cubana. Pero no nos engañemos, ellos conocen lo que realmente sucede, pero como reciben orden del Departamento Ideológico del Partido Comunista, desempeñan el triste y miserable papel de ocultar, tergiversar y manipular hechos de los que también son víctimas.
El costo de una hora de conexión es 4,50 dólares, previo a la firma del contrato que permite tener la contraseña de un correo electrónico, y además permite acceder a cualquier centro, siempre y cuando no tenga su cuenta vencida. En el caso de las salas de La Habana, la velocidad es aceptable. Los que han hecho uso de este servicio, reconocen que los 2 megabites responden, hasta hoy, a lo que previamente se había anunciado.
En cuanto a la preocupación de muchos internautas por la posibilidad de no acceder a páginas que durante años satanizó la propaganda oficial, han podido entrar sin problemas a las páginas de Diario de Cuba, el Nuevo Herald, Café Fuerte, Penúltimos Días, Primavera Digital y Cuba Prensa libre.com. Los sitios que permanecen bloqueados son Cubaencuentro, Martí Noticias y CUBANET. A las preguntas de por qué ocurre esto, las bien entrenadas subalternas se hacen las inocentes y les dicen al cliente que no saben, que tomarán nota.
En el caso de sitios de Cuba, como la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), se pueden abrir sin dificultad, buscar las informaciones que interesan, pero el problema surge cuando esos datos se desean descargar a una memoria flash. Al no poder realizar la operación, cuando el usuario llama a la empleada de la sala, ésta, después de varios intentos infructuosos, recurre al especialista de Internet del centro, quien, al no lograrlo tampoco, certifica que la página web de la ONEI la han configurado de tal manera que la información no puede ser descargada a una memoria flash.
Es decir: además de tener bloqueadas varias páginas, se suman aquellas que, por los temas “sensibles” que contienen, el gobierno decidió que los usuarios no tengan el derecho a descargar información, para luego darle el uso que mejor estimen.
Esto resulta una burla, porque si uno va a anotar los datos que le interesan, se llevaría toda la hora que tiene de conexión por un precio exorbitante. Entonces, no se detiene en ella y pasa a otra página para aprovechar el tiempo de conexión lo más posible.
A dos semanas de estar abiertas las salas, en el caso de La Habana, los resultados no han sido los esperados. La que está ubicada en el Miramar Trade Center, frente al hotel Meliá Habana, dispone de 10 computadoras, pero las ocupadas no sobrepasan las 4 por hora. Las salas que están en Aldabó y el Casino Deportivo, tienen dos máquinas cada una. Según las empleadas, la mayor parte del tiempo permanecen vacías.
La poca afluencia de públicodemuestra algo evidente: con los menos de 20 dólares que gana al mes la mayoría de los cubanos, resulta un insulto creer que destinarán un cuarto de su salario por una hora de Internet. De hacerlo, ¿con qué dinero garantizarían su alimentación durante el resto del mes?
Si en la capital, con más de 2 millones de habitantes y mayores posibilidades económicas, trascurridas más de dos semanas la afluencia ha sido pobre, de seguro que en el resto del país ha sido aún peor.