LA HABANA, Cuba, julio, 173.203.82.38 -Unas dos decenas de trabajadores por cuenta propia, en el pueblo turístico de Guanabo, al este de La Habana, fueron arrinconados en un terreno alejado del tránsito de personas. De esta manera han afectado notablemente sus ventas y, por supuesto, sus ganancias, por más que deben continuar tributando los mismos altos impuestos.
“Lo más llamativo y perjudicial para nosotros –cuenta uno de los vendedores perjudicados- es que el gobierno aplica esta medida precisamente ahora, en verano, cuando vienen a las playas miles de vacacionistas. En nuestra actual ubicación, son pocas las personas que vienen a comprarnos. ¿Por qué no tuvieron en cuenta este detalle del verano? ¿Por qué tanta urgencia para arrinconarnos?”
“Contrastante es que otros vendedores particulares permanecen próximos a la Quinta Avenida, principal arteria vial de Guanabo, ocupando sus habituales espacios, sin que primen las medidas de aislamiento aplicadas contra nosotros. Por lo que parece no existe un único criterio urbanístico o comercial, o coherencia alguna, en el Departamento de Planificación Física”, dijo Zoraida, vendedora de artículos de artesanía.
Los quejosos trabajadores particulares están ubicados al fondo del terreno que ocupaban, echados al traspatio de lo que fue un parque de diversiones en añejos tiempos, uno de los atractivos perdidos de Guanabo.
En su nuevo hacinamiento, apretujados, alineados, dentro de un ranchón techado con hojas de palma (guano), que alguna vez fue un típico restaurante criollo, con comidas a precios módicos, y que hoy es otra de las pérdidas irremediables para Guanabo, los cuentapropistas se quejan por la falta de agua potable y demás condiciones laborales y ambientales.
“Nos han prometido construir un local mejor, en el anterior lugar en que estábamos. Pero hay tantas promesas incumplidas que habrá que verlo para creerlo”, concluye Zoraida.