LA HABANA, Cuba, febrero (173.203.82.38) – La fecha de la vista oral al subcontratista de United States Agency for International Development (USAID), acusado de “actos contra la independencia o la integridad del Estado”, se dará a conocer en breve, según anunció el gobierno.
Alan Gross fue detenido en Cuba el 3 de diciembre de 2009. El régimen montó, seguramente, la trama ideal, estrategia para convencer al “poder judicial” de que se trata de un espía al servicio de la CIA. La fiscalía sugiere una sanción a Gross de 20 años de privación de libertad, Tal vez para mantenerlo como una pieza canjeable por los cinco espías presos en Estados Unidos.
Fabricar espías en Cuba es una vieja práctica de la casta que nos gobierna desde hace más de cinco décadas. En el caso de Alan Phillip Gross, un “espía de la CIA” certificado por la inteligencia cubana, se añade el elemento de la “violación de nuestra soberanía”.
¿Se viola la integridad de un Estado repartiendo unos pocos equipos satelitales para el beneficio de la sociedad civil en Cuba, como los ocupados al subcontratista Alan Gross?
El gobierno cubano puede preparar en cuestión de horas el canje o el destierro forzado de cualquier cantidad de prisioneros, sean políticos o comunes, extranjeros o nacionales. Para estos menesteres suele utilizar diplomáticos o personalidades “amigas de Cuba” o a la Iglesia Católica.
Por lo general, el destierro forzado es el destino de los reclusos que el régimen necesita quitarse por completo de encima, ya sea por presión internacional u por miedo a que su presencia en el país pueda ayudar a desencadenar conflictos internos en las calles o entre la población penal. No podemos descartar también que entre los desterrados o canjeados, el gobierno pueda colar algún que otro agentes de inteligencia.
En agosto de 2004, algunas madres cubanas vieron partir a sus hijos al destierro. Eran jóvenes reclusos o pendientes de juicio por delitos comunes, muchos de ellos residentes en los municipios capitalinos San Miguel del Padrón y Cotorro. Conocí el hecho de boca de dos adolescentes que cumplían prisión por robo con violencia, sin habérseles celebrado aún juicio oral. Por no tener su consentimiento no publicaré los nombres.
Como opción para deshacerse de una larga sentencia, a los jóvenes se les ofreció montarse en un avión con destino a Rusia. Uno de ellos no pudo siquiera despedirse de su familia. Finalmente, cuando el avión hizo escala en Madrid, allí se quedaron. Desde entonces nadie sabe bajo qué condiciones residen en España.
Alan Gross fue convertido en espía por el gobierno cubano con el fin de equiparar su delito con el que pesa sobre los cinco espías cubanos, supuestos “héroes antiterroristas”.
A Raúl Castro le falló el plan de canjearle a los americanos lo cinco espías-héroes por los prisioneros de conciencia arrestados en marzo de 2003. Ahora juega la carta de Alan Gross.