LA HABANA, Cuba, mayo (173.203.82.38) – Los comentarios en el barrio sobre el reciente clausurado VI Congreso del Partido Comunista, son similares: “Nada de nada, lo mismo con lo mismo, el cuartito seguirá igualito”.
Sin embargo, algo curioso ocurrió esta vez. Entre los cien miembros elegidos para el Comité Central, está presente la Generación Y, representada por siete mujeres relativamente jóvenes, cuyos nombres comienzan con Y.
Sobre esta Generación que ya muchos identifican, escribí varias veces en las páginas de CubaNet, desde 2004. La proliferación de nombres con Y en Cuba, que comenzó a finales de los años setenta del siglo pasado, es un fenómeno peculiar, para el cual nadie tiene explicación.
Hasta el poeta Rafael Alcides, en su crónica La pasión por las Y, publicada en Encuentro en la Red, en agosto de 2005, se pregunta si se trata de una conspiración nacional con fines políticos solamente, o con fines metafísicos.
La primera vez que se publicó un artículo sobre este extraño fenómeno que aún se analiza, fue el 22 de junio de 2003, en el periódico Juventud Rebelde, y en él el autor destacaba que entre los peloteros y los boxeadores cubanos proliferaban nombres que comenzaban con Y.
Al día siguiente, el corresponsal de la agencia EFE en la isla, describió esta extravagancia popular como insólita, sobre todo porque los nombres, por lo general, eran inventados: Yusquiel, Yarisetly, Yanaurys, Yusley, etc. ¿Es que estamos ante una Generación cuyos padres querían que sus hijos fueran individuos únicos, diferentes, con nombres que no tienen nada que ver con los usuales del santoral católico?
Si los cubanos han vivido durante décadas bajo la tutela de los mismos gobernantes, cuyos nombres se han repetido hasta la saciedad en los medios de comunicación, mañana, tarde y noche, ¿por qué no estamos en presencia de una generación F, de Fidel, o de una generación R, de Raúl, o de las heroínas Haydée, Celia y Melba o de los difuntos Ché y Camilo? De hecho, esos nombres son difíciles de encontrar hoy entre nuestros jóvenes.
Tanta importancia ha cobrado el inexplicable fenómeno de la Generación Y, que ha sido el nombre elegido para su famoso blog por la joven y talentosa escritora Yoany Sánchez, ganadora de tantos merecidos premios a nivel internacional.
Entre los periodistas de la prensa oficialista también abundan los nombres con Y. También entre los jóvenes comunistas, en la televisión y el cine. Pero que aparecieran siete nombres con Y en el Comité Central del Partido, me pareció algo extraordinario. Ahí están: Yolexis, Yadira, Yamilet, Yolanda, Yanina, Yamila, y Yudí.
Curiosamente, ningún miembro del Comité Central, de los nacidos después de la revolución de 1959, lleva los nombres de Fidel o Raúl. ¿Por qué será?