LA HABANA, Cuba, octubre, 173.203.82.38 -El día 14, una semana después de haber salido de la cárcel, fue publicado un mensaje de René González, “al pueblo de Cuba”. Sólo dos días antes es que se habían publicado algunas imágenes de ese estadounidense integrante de la Red Avispa tras su liberación después de 13 años de prisión.
Desde el primer momento llamó la atención que de inmediato en Cuba no se hubieran publicado fotos ni nada relacionado con la imagen de González a la salida de la cárcel, más cuando se supo que la tele-emisora estatal venezolana Tele Sur, estaba en el lugar esperando que se produjera la liberación de ese oficial de la inteligencia cubana.
Luego, llegó su primer mensaje y surgió algo aun más curioso. No había en él ninguna mención a los gobernantes de Cuba. Pero eso tenía una atenuante, ellos también forman parte del pueblo -debo de estar cometiendo un sacrilegio- y no había por qué particularizarlos.
Pero este martes 18, dentro del texto de una “reflexión” de Fidel Castro, fue publicado un segundo mensaje de González, esta vez para los dos Castro.
En este segundo envío hay dos cosas que de inmediato saltan a la vista.
Una, el lenguaje. Por su enfoque y tratamiento nada tiene de diferente a los textos que, se asegura, enviaban a Stalin los soldados que estaban en el frente de batalla en inminente riesgo de morir en combate.
La otra, es que ese mensaje no parece haberlo escrito González. En el primero sale a la luz una persona simple, con un vocabulario limitado que, incluso, en un sólo párrafo emplea tres veces la palabra “realmente”. En el segundo, con sólo cuatro días de por medio, hay una metamorfosis radical en el modo en que se expresa, tan desproporcionada, que se tiene la impresión de un milagro, pues este hombre pasó de la noche a la mañana a ser casi un especialista en prosa.
En lo personal no me gusta para nada el segundo texto presuntamente enviado por González. Me parece que puede tener implicaciones más allá del contenido del mensaje. Parece un testamento político.
René González es ciudadano estadounidense por nacimiento, no es cierto que tenga doble ciudadanía. La Constitución de 1976, en el segundo inciso del artículo 32, deja bien definido que en Cuba no se admite la doble ciudadanía.
Sería bueno, si es que no lo están haciendo, que las autoridades estadounidenses se esmeren en la protección de ese hombre.
No obstante, si yo fuera René González, solicitaría de inmediato regresar a la penitenciaría a cumplir los tres años de libertad supervisada que le han impuesto. Creo que ahí es donde va a estar seguro.