LA HABANA, Cuba, noviembre, 173.203.82.38 -Cuando el pasado domingo 4 de noviembre los funcionarios de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recibieron en audiencia pública a los representantes de organizaciones no gubernamentales cubanas que expusieron testimonios y argumentos sobre la realidad social y de derechos humanos de los afrodescendientes en Cuba, la percepción global sobre la realidad cubana adquirió una nueva y más nítida dimensión.
Como un hecho sin precedentes se registra la presencia ante la comisión del Dr. Juan Antonio Alvarado, editor jefe de la revista Islas de la Afro-Cuban Alliance, el Dr. Darsi Ferrer, miembro fundador del Comité Ciudadanos por la Integración Racial CIR, ex prisionero político y destacado líder cívico y Rafel Campoamor director de la ONG Empodera Cuba y también miembro del CIR. Estos activistas, recién llegados de Cuba o muy vinculados al latir cotidiano de la Isla, brindaron en la audiencia sus experiencias y valoraciones acerca de cómo el complejo escenario socioeconómico y político del país matiza la dura realidad de los afrodescendientes cubanos, que se debaten entre la desventaja económica, la exclusión social, la marginalidad y la represión.
A pesar de celebrarse la histórica sesión un día domingo y muy poco tiempo después del paso del huracán Sandy por la costa noreste de los Estados Unidos se encontraban presentes casi todos los comisionados de la CIDH, incluyendo al nuevo Secretario Ejecutivo de la Comisión, el Sr. Emilio Álvarez Icaza Longoria, de México, y el Presidente de la Comisión, Sr. José de Jesús Orozco Henríquez, así como la Relatora Especial para la situación de los Afrodescendientes y Contra la Discriminación Racial, Rose Marie Belle-Antoine, de Santa Lucía. La atención demostrada en esta ocasión por los miembros de la CIDH da muestra clara del interés que despierta el tema en la arena internacional y los organismos especializados, a la vez que complementa la valoración realizada al respecto por el Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial CERD.
En la sesión el Dr. Alvarado aseguró que “La situación actual ha adquirido matices de escándalo, sobre todo porque los afrodescendientes cubanos tienen un doble reto: lograr organizarse y luchar contra las prácticas discriminatorias y a la vez enfrentar el clima de intolerancia y violencia, impuesto por un gobierno que no solo declaró finalizada por decreto la discriminación, sino que se opone a todo intento de abordar el problema de manera independiente”.
Por su parte el Dr. Ferrer, exiliado en los Estados Unidos desde junio de 2012, expuso las condiciones de marginalización en que vive la mayoría de los afrodescendientes cubanos. En los más de 120 asentamientos poblacionales considerados ilegales por las autoridades cubanas, declaró, “predominan las personas no blancas, y por regla general, soportan condiciones infrahumanas y de miseria extrema…y que no reciben ninguna forma de asistencia por parte del gobierno, el que además entorpece la acción de instituciones de la sociedad civil independiente”. Además, el Dr. Ferrer destacó que en las cárceles de Cuba pudo comprobar “el abarrotamiento de negros y mestizos que representan una significativa mayoría de la población penal…y donde las condiciones de vida son terribles y caracterizadas por un hacinamiento atroz”.
A su vez, el activista Rafel Campoamor, dio testimonio de su detención arbitraria de cinco días por parte de las autoridades cubanas en junio de 2012, en el marco de su participación en eventos del CIR y de la organización del Festival Clic. “Fui detenido por un operativo de la seguridad del estado cerca de mi casa y me transportaron a la estación de policía de Infanta y Manglar, en el municipio de Centro Habana” expuso Campoamor. Durante el periodo de su encarcelamiento, declaró el activista, “en ningún momento me redactaron una orden de arresto ni me dieron razones del porqué de la detención. Me quitaron una pequeña laptop ACER, dos cámaras digitales, mi teléfono y varias memorias flash”. El activista exigió la devolución de sus pertenencias “incautadas en toda ilegalidad, en total violación de las propias leyes cubanas e internacionales”.
En el encuentro los expositores presentaron una serie de testimonios y argumentos documentales y audiovisuales enviados desde la Isla por los líderes y activistas del CIR donde se refleja y demuestra la compleja situación socioeconómica que sufren los afrodescendientes cubanos y las altas cotas de represión a que son sometidos los pacíficos luchadores antirracistas al ejercer su derecho de promover el debate sobre el tema y la implantación de la igualdad y la justicia para todos los ciudadanos.
Los comisionados se interesaron por conocer detalles y particularidades del ejercicio y la violación de derechos fundamentales como los de asociación y reunión, los niveles de marginalidad urbana y la incidencia de este en la vida de los afrodescendientes, así como los grupos (mujeres, defensores de derechos humanos, jóvenes) que dentro de este segmento de la sociedad son más vulnerables y golpeados por los problemas que sufre la sociedad
Finalmente, los activistas solicitaron a la CIDH que incluyera en sus informes la información expuesta en la audiencia, y que considerara “explorar mecanismos para hacer más asequibles los instrumentos de denuncia de la CIDH a los activistas afrodescendientes cubanos, dadas las limitaciones que tienen para acceder a los medios de comunicación modernos, como Internet, y la imposibilidad de viajar al exterior”.
Por su parte, los comisionados de la CIDH invitaron a los peticionarios a que continúen enviando información sobre las violaciones a los derechos de los afrodescendientes cubanos, en particular a las limitaciones a los derechos de asociarse libremente en organizaciones independientes y a acceder a mejores condiciones laborales, educacionales y de vivienda.
La inclusión del tema en los informes periódicos de la CIDH reviste una importancia capital por cuanto llamaría la atención de numerosos observadores, personas e instituciones interesadas y comprometidas alrededor del mundo sobre un aspecto de la realidad cubana cuya atención y solución tiene innegable trascendencia de cara al futuro inmediato de la nación, y además porque a pesar de los enormes retrasos y lagunas que arrastra Cuba en materia de igualdad y justicia para los afrodescendientes, este asunto ha sido bien manipulado, distorsionado y sobre todo desconocido a nivel global.
En Cuba el silencio culpable, la manipulación y la represión continúan, es posible que como resultado del recién finalizado censo de población y viviendas los afrodescendientes seamos muchos menos en las estadísticas oficiales, pero hacer escuchar en los foros y organismos internacionales la voz y los testimonios de los que sufren y luchan dentro del país, brinda una alentadora luz de esperanza en el largo y difícil camino de hacer valer en nuestro país la justicia y la igualdad plena como fundamentos de una convivencia democrática y civilizada.