LA HABANA, Cuba, enero, 173.203.82.38 -¿Por qué ese nombre de PLAPLIPLO?, fue lo primero que le pregunté a Dora Leonor Mesa, una mujer de 59 años, que reside en el barrio capitalino de Luyanó: “Esa era una regla ortográfica para el buen uso de la letra X: explanada, explicación y explosión –me explica-. Y también es el nombre de mi blog Plapliplo lecciones, en el cual trato temas de pedagogía”.
Desde 2011, ella y otros colegas esperan que el Ministerio de Justicia les autorice inscribir la Asociación Cubana para el Desarrollo de la Educación Infantil, un proyecto pedagógico que pretende asesorar a los padres en cuanto al modo de educar mejor a sus hijos, basado en método actuales, y en sintonía con la Convención de los Derechos del Niño, subscrita por Cuba en 1990. La Convención tiene carácter vinculante, lo cual exige que deba ser respetada por los gobiernos firmantes.
Dora nos dice: “Muchas personas creen que en Cuba está la panacea de los niños. Pero pocos saben que golpear niños es legal en Cuba”.
Según ella, el Código de Familia hace referencia al “castigo moderado”, sin detallar hasta dónde puede llegar el término “moderado”. Golpear en la cabeza al niño ¿puede juzgarse como moderado? Mundialmente los maltratos más comunes se clasifican en físicos, verbales y sicológicos. Y estos dos últimos están a la orden del día en Cuba.
Dado que la enseñanza aquí es ideológica y centralizada en los intereses del gobierno, resulta evidente que los padres pierdan la potestad sobre sus hijos, porque existe solo una vocación para escoger: la comunista.
Y si se habla de Constitución, los artículos 53 y 62 son depredadores de los derechos del niño, pues les arrebata el derecho que tienen para expresar lo que sienten, independientemente de lo que el gobierno quiera que digan. Además, se les niega el derecho de asociarse en otras organizaciones infantiles. Aquí son presionados sicológicamente a integrase en la Organización de Pioneros y a “imitar” la personalidad de Che Guevara.
“Mi experiencia en las guarderías -refiere Dora- me ha llevado a la conclusión de que a nuestros niños se les instruye, pero no se les enseña educación formal, esa es una de las grandes fallas del sistema educativo cubano”.
Por otro lado, Cuba reconoce la edad infantil hasta los 16 años, y las Naciones Unidas hasta los 18, así que hay dos años que se quedan en un limbo. “Realmente Cuba no es la única que presenta esos problemas, aunque por existir un gobierno que se vanagloria de ser campeón en el tema, esas imperfecciones se convierten en un caso significativo”, precisa Dora.
Los informes sobre Los Derechos del Niño, que cada cuatro años debe mostrar Cuba a las Naciones Unidas, no se pueden descargar en Internet, al menos desde la Isla. Cuando uno da clic, la respuesta es que hay error. Además, esos informes deben estar avalados por ONG diferentes, y en el caso de Cuba son redactados y presentados por organizaciones que pertenecen al gobierno.
Los especialistas saben que la etapa infantil de cero a cinco años es muy delicada. Pero en Cuba no se maneja bien, debido a que la mayoría de las educadoras no conocen los programas de la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).
Dora Leonor Mesa le pone punto final a nuestra conversación con el razonamiento de que es falso que solamente por los bajos salarios los jóvenes no se motivan a estudiar la carrera de educadores: “La verdad es que en Cuba no se valora esta profesión por parte del Estado, ni por la sociedad. Casi todas las carreras son igualmente mal remuneradas, pero los jóvenes las escogen, un ejemplo es la medicina”.