LA HABANA, Cuba, noviembre, 173.203.82.38 -En este año 2012, San Cristóbal de La Habana celebra su 493 aniversario, fecha que muchos conmemoran siguiendo la tradición de pedir un deseo, mientras en completo silencio le dan tres vueltas a la ceiba de El Templete a la medianoche.
Según el periódico Tribuna de La Habana de fecha 15 de noviembre de 2009, Fernando Ortiz dijo de La Habana, que era “la Sevilla, la Babilonia de América, el lugar de máximo atractivo y diversión del mundo.”
En otra época, la capital de todos los cubanos fue visitada por personalidades, artistas, músicos, comediantes, directores de cine y empresarios famosos. Fue, además, la ciudad de más teatros, cabarets y cines, y estuvo entre las más desarrolladas de América Latina.
Nuestra ciudad era una plaza de suma importancia para artistas en ciernes, y muchas de las creaciones que hacen la vida más cómoda –como es el caso del televisor, el teléfono y el ferrocarril- fueron disfrutadas en La Habana antes que en el resto de América y muchas otras partes del mundo.
Pero hoy presenta un aspecto desolador, con sus quince municipios en su mayoría sucios y oscuros, y con algo más de dos millones de habitantes, gran parte de los cuales se ven perdidos en el laberinto de su pobreza.
Porque La Habana no es solo El Vedado, Miramar o el casco histórico, que también muestran su deterioro, si uno se sale la ruta escenográfica preparada para los turistas extranjeros . Es también Puente Negro, El Canal, La Corea, La Cuevita, los barrios más pobres donde en cada callejuela la gente lucha día a día para sobrevivir.
Centro Habana, por ejemplo, es uno de los municipios más recorridos por habaneros y visitantes, por ser el corazón comercial de la capital. Pero a pesar de esto, más del treinta por ciento de sus habitantes vive en ciudadelas, y son cada vez más frecuentes los derrumbes de viejos edificios, de los cuales gran parte se halla en el área del Malecón. Allí, el olor a mar que sube de la bahía se mezcla con el hedor resultante de la carencia de baños públicos.
Hoy la homenajeada celebra su cumpleaños vestida de harapos, con sus innumerables baches, sus aceras rotas, sus frecuentes derrumbes, sus calles en penumbras, sus jineteras, su dengue, sus ratas, sus perros callejeros, su alcantarillado tupido, sus albergues para gente sin casa abarrotados, sus mendigos, sus interminables colas.
Esta Habana que se cae a pedazos, que se derrumba sobre nosotros, es uno de los mayores “logros” de la revolución. Nuestra homenajeada es el vivo reflejo del fracaso de medio siglo de socialismo totalitario.