LA HABANA, Cuba, abril (173.203.82.38) – El 21 de marzo se conmemoraron 90 años del decreto que puso en marcha la Nueva Política Económica (NEP), acordada en el Décimo Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética. Si bien el Poder Soviético ganó la guerra civil, la destrucción y muerte ocasionadas por el conflicto, fueron inmensas. A ello se sumó el terrorismo económico conocido como “comunismo de guerra”, que ocasionó enormes penalidades y sufrimientos al pueblo ruso.
Como la propiedad estatal había fallado, para recuperar la agricultura, la NEP autorizó la propiedad agrícola privada y el arrendamiento y la contratación de trabajadores para las faenas de las pequeñas granjas familiares. Los promotores de la NEP reconocieron que el gobierno bolchevique no poseía un criterio económico del socialismo, por lo que estimaron prudente liberar las restricciones económicas vigentes. Lenin, para justificar la NEP, dijo: “No somos lo suficientemente civilizados para el socialismo”.
Parece que los promotores del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, aplazado durante 13 años, no han estudiado las experiencias de la NEP, porque los 291 lineamientos económicos que serán “discutidos y aprobados” en el evento, distan mucho de las decisiones que tomaron Lenin y los bolchevique en 1921.
Con la NEP se incrementó la producción agrícola en Rusia. Los campesinos podían vender libremente sus excedentes, y por tanto, las ganancias obtenidas eran un acicate para que trataran de incrementar la producción, la cual llegó a los niveles de antes de la revolución de 1917, e incluso los superó.
Desde la primera Ley de Reforma Agraria y la formación de los latifundios estatales, hace 52 años, la producción agrícola cubana ha ido en indetenible picada. La aplicación del Decreto Ley 259 de entrega de tierra en usufructo, continúa atrapada en la telaraña de la burocracia. Mientras, los restantes sectores de producción de bienes en Cuba siguen sumidos en una profunda crisis.
En los Lineamientos del VI Congreso del PCC, la agricultura se aborda vagamente. Pero sí está claro que el arrendamiento, la venta libre de los excedentes y el permiso para la construcción de viviendas en las tierras que se trabajan en usufructo, no están contemplados. Y de la entrega de créditos para la compra de insumos para la explotación de la tierra, tampoco se dice nada.
En la Unión Soviética, la burocracia liquidó la NEP. En Cuba, por el temor de perder sus privilegios, los burócratas se oponen a los cambios y constituyen el mayor obstáculo para que los lineamientos del PCC se materialicen.