LA HABANA, Cuba, diciembre, 173.203.82.38 -Cuenta Yoani Sánchez que subestimó las posibilidades de Tweeter hasta el 6 de noviembre de 2009. Recuerda que aquel día, junto a Orlando Luis Pardo y Claudia Cadelo, se dirigía a una manifestación convocada en la calle G.
Por el camino, Claudia comentó que había “preparado un Tweet, por si acaso eran detenidos”. Entonces ella y Pardo opinaron que aquella supuesta precaución podría ser de “mal agüero”. Pero se equivocaban, y pronto lo sabrían.
Fueron secuestrados por la policía política, e introducidos con violencia en dos automóviles. Mientras el carro donde conducían a Yoani se desplazaba a toda velocidad, un “seguroso” con su rodilla le presionaba el esternón con el propósito de asfixiarla. De pronto, sonó el teléfono celular del chofer, y, tras contestar, éste exclamó al otro: “Afloja que ya lo saben”.
“No había dudas” -afirma Yoani-, Claudia apretó el gatillo de Tweeter, y el trino del pajarito azul nos salvó la vida”.
“Tweeter es una herramienta eficaz” -sentencia Yoani-, pero al mismo tiempo cuestiona: “¿Se está utilizando con todo su potencial?” El pasado martes 11 de diciembre, convocó a un grupo de tweeteros para la sede de la Red de Bibliotecas Cívicas Renaldo Bragado, sita en la calle 18, Nº 5, en el Vedado habanero, con el fin de trasmitir sus experiencias acerca del lenguaje de las etiquetas, cuyo conjunto de herramientas puede atenuar la dificultad de la “camisa de fuerza” de los 140 caracteres.
En una salita de apenas 9 metros cuadrados, se apiñaron 15 tweeteros, y Yoani trató de utilizar el lateral de un refrigerador “Haier” como pantalla para su mini proyector. Al no lograrlo, utilizó una cartulina y un roturador, y así pudo enumerar algunos ejemplos de etiquetas y sugerir a los tweeteros cuidar de la redacción, la ortografía y hasta de la belleza del informe, a pesar de la obligación de optimizar caracteres, ya que algunas noticias con matices de impacto mediático se malograron por tales inconvenientes.
Puntualizó que Tweeter demanda creatividad, así que nuestros tweets no deben convertirse en máquinas de machacar denuncias, puesto que se hace imprescindible enviar tweets de reflexión, opinión u otros con informaciones diversas, para no aburrir a los seguidores. Además, el régimen se halla en una encrucijada, ya que impedir a los tweeteros enviar sus habituales textos puede convertirse también en una señal de alarma que no quiere enviar.
Según estadísticas -aportadas por Yoani en esta ocasión-, los tweeteros opositores rondan la cifra de 109. Sin embargo, tienen más de 500 mil seguidores, cifra que quintuplica la cantidad de los que siguen a los tweeteros oficialistas.
También algunas etiquetas creadas por los disidentes han alcanzado la categoría de “Trending topics”, que es como decir un Oscar para los cineastas, o un Balón de Oro para los futbolistas. Este evento dirigido por Yoani Sánchez demostró que el pájaro azul de Tweeter no es una herramienta más dentro de una ferretería, sino toda una ferretería, contenida en una herramienta.