PUERTO PADRE, Cuba, agosto, www.cubanet.org – Oficiales del Ministerio del Interior, adscriptos al Sistema de Carné de Identidad y Registro de Población, junto con agentes de la policía, están verificando en la vía pública el uso del documento de identificación personal e imponiendo multas a quienes no lo llevan consigo:
“Ayer interceptaron a cuantos pasaban por el cine Iremú. Yo siempre traigo el carné encima, pero ayer lo olvidé, y me atraparon, así que hoy me quedé sin merienda, porque voy a pagar la multa, no sea que la olvide y después se duplique,” dijo un joven de 18 años, mostrando el comprobante de Imposición de Multa, Disposición Legal 141, artículo 5, añadiendo: “La pizza de hoy se transformó en este cartoncito.”
Aunque países con marcado respeto por los derechos fundamentales usan sistemas de identificación, captando numerosos datos personales, en el caso de Cuba el carné de identidad actúa cual ficha policial en demasiados casos.
Existen dos archivos nacionales de identificación (DNI), uno público y otro secreto. Y cuando un policía lo intercepta a usted, ya sea por una infracción del tránsito o porque vio en su cara a un presunto delincuente, está penetrando en la historia de su vida: nombres, apellidos, nombre de los padres, fecha de nacimiento, dirección, talla, peso, color de la piel, color de los ojos, tomo y folio de su inscripción de nacimiento y por supuesto… sus huellas.
En pocos segundos, el policía lo sabe todo sobre usted, mediante su carnet de identidad, aunque nunca fuera presentado a un tribunal de justicia y jamás fuera sancionado. Sabrá incluso si en esos momentos usted está encartado en un expediente criminal, ya sea por delitos comunes o políticos, pues, aunque no entren en detalles confidenciales cuando pase sus datos, si el que identifica lo precisa, desde el registro operativo lo informan.
Por si no fuera suficiente, aunque el régimen no emplea los últimos adelantos en maquinaria para producir alimentos, sí emplea recursos para modernizar sus archivos policíacos, por lo que el sistema de identificación de personas pronto estará en la Isla a la par de los países más desarrollados, sólo que no al servicio de la justicia y el derecho universalmente aceptado, en tanto los intereses políticos primarán, siendo este un Estado de No Derecho.
A los cubanos se nos priva de libertad imputándonos acusaciones por delitos que no hemos cometido. Así, cuando le viene en gana, el régimen nos mantiene en los calabozos durante veinticuatro, o cuarenta y ocho, o setenta y dos horas de encierro arbitrario, despojándonos de bienes de legítima pertenencia. En otros casos, descaradamente, planta en la puerta de nuestras casas, para que nos acosen, nos ofendan y nos agredan, a un hatajo de vagos, prostitutas y proxenetas al servicio de intereses mezquinos, arquitectos de una sociedad promiscua, que ahora, por conveniencia, quieren criticar desde el poder.
Y por si no fuera suficiente con tantos jueces, fiscales, policías, soplones y rejas, obligados por sanciones de multa, se nos obliga a llevar en el bolsillo nuestra ficha policial, eufemísticamente llamado Carné de Identidad, la prueba de nuestra perenne falta de libertad.