LA HABANA, Cuba, marzo (173.203.82.38) – El Presidente Barack Obama resaltó la aplicación, desde el inicio de su mandato, de “los cambios más significativos en varias décadas a la política de mi país hacia Cuba”, para contribuir a “aumentar la independencia del pueblo cubano, que tiene derecho a la misma libertad que todos los demás en este hemisferio”, durante su discurso en Santiago de Chile, el pasado 21 de marzo.
Asimismo, precisó que “las autoridades cubanas deben tomar considerables medidas para respetar los derechos básicos del pueblo cubano, no porque Estados Unidos insiste en ello, sino porque el pueblo cubano lo merece”.
La política de Obama hacia Cuba corresponde a la visión de largo alcance para contribuir al progreso de los pueblos y las naciones, en una era de grandes retos, pero también de tremendas oportunidades.
Indudablemente, América Latina ha logrado estabilidad política, avance democrático y auge económico capaz de sobrepasar la crisis económica mundial, que permiten continuar eliminando la pobreza y avanzar en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, fundamentalmente. Cuando se priorizan la educación, la innovación y el acceso a Internet, el ejercicio libre de los derechos humanos son consustanciales para el desarrollo.
Mientras tanto, en Cuba sólo la involución marcha aceleradamente. Los 52 años de destrucción totalitaria representan un tiempo exponencialmente mayor, porque se ha aniquilado la riqueza material, cívica y espiritual existente en 1959 a un nivel destacado para la época, en una de las etapas más fructíferas de la humanidad, la segunda mitad del siglo XX y primer decenio del XXI.
Cuando el Presidente de Estados Unidos ha brindado la posibilidad de avanzar en el entendimiento o la coexistencia entre los gobiernos, las autoridades cubanas renovaron la retórica agresiva. Al tiempo que buscaban adecentar la imagen internacional con la lentísima excarcelación de los prisioneros de conciencia de los 75, mantuvieron en prisión sin cargos durante 14 meses al contratista Alan Gross, para finalmente condenarlo a 15 años, al parecer para no perder la práctica de mantener un rehén valioso, que muy probablemente liberen aduciendo razones humanitarias.
La temperatura social es tan caliente debido a la pérdida de credibilidad gubernamental y su asfixia a los cubanos, que simultáneamente se retoma como chivos expiatorios a las personas que pacíficamente procuran ejercer sus derechos como sociedad civil. Pero las represiones escandalosas y los programas televisivos desgastados no logran denostarlos ni restaurar el miedo entre la población. Más bien son señales que pudieran evidenciar las contradicciones en la cúspide antes del VI Congreso del Partido Comunista, en la segunda quincena de abril.
Aun el Presidente Obama puede aplicar al menos diez medidas más mediante su autoridad ejecutiva para propiciar mayores contactos entre los pueblos cubano y norteamericano, así como ampliar la independencia económica e informativa del pueblo isleño.
Un enjundioso análisis al respecto realizó recientemente el abogado Stephen Prost a instancias del Cuba Study Group. Actualmente el aumento de vuelos y aeropuertos incrementa los ingresos por operación, los servicios y ventas en establecimientos de atención a los viajeros, y crea puestos de trabajo. Hasta mediados de marzo los permisos se habían ampliado a 10 aeropuertos de Estados Unidos, y compañías navieras, fundamentalmente de Florida, promocionaban la autorización de permisos similares para cruceros y otros viajes turísticos, que serían muy apreciados por los cubano-americanos por la comodidad y la reducción de costos.
En Cuba se incrementa la popularidad del Presidente norteamericano, a pesar de las deformaciones noticiosas de los medios. Las autoridades cubanas deberían darse cuenta de que están desfasadas y aisladas de la realidad nacional e internacional. Avanzan en sentido contrario a las aspiraciones y los derechos de los cubanos. Son tiempos de entendimiento y colaboración respetuosa y mutuamente ventajosa con Estados Unidos, los demás países y sobre todo con los propios ciudadanos.