LA HABANA, Cuba, noviembre (173.203.82.38) – Miles de cubanos de todas las edades, con distendido júbilo y natural devoción, acuden a recibir a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, en las parroquias de la Arquidiócesis de La Habana desde el 6 de noviembre. Disfrutan la posibilidad de expresar públicamente su creencia religiosa, y procurar ayuda para solucionar sus dificultades durante un acontecimiento inédito, que eleva la autoestima y abre una nueva experiencia como ciudadanos.
La imagen de la Caridad en la parroquia de Santa Rita de Casia fue recibida por miles de personas en el Parque Coyula, ubicado en 19 y 30, en el municipio Playa, la tarde del 12 de noviembre. Siguiendo al Arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, caminaron rezando y cantando, hasta llegar a la 5ta Avenida de Miramar, donde Monseñor José Félix Pérez dirigió las oraciones de la multitud, que continuó el recorrido hasta la calle 3ra, para subir por la calle 26 hasta la iglesia.
Allí, entre la imagen de la Virgen y una inmensa bandera cubana, se entonó el Himno Nacional, y seguidamente Monseñor Pepe Félix y el Cardenal hablaron al pueblo, llegado también de distantes lugares.
En el recinto, los asistentes disfrutaron de una velada cultural en horas de la noche, que contó con el coro infantil de la iglesia, y la interpretación del Ave María por las cantantes líricas Lucy Provedo y María Eugenia Barrios, seguidas de las actuaciones de otros artistas, entre ellos aficionados de gran calidad. Durante toda la madrugada se recibió a la población hasta la misa de las 7 de la mañana.
Por su parte, la comunidad de la iglesia San Agustín, situada en la calle 35 entre 42 y 44, del municipio Playa, se congregó para recibir la imagen de la Virgen Mambisa a las 9:30 a.m. Llegó acompañada del Cardenal Ortega y los monseñores Juan de Dios Hernández y José Félix Pérez, mientras el Padre Carlos Manuel de Céspedes la recibió en su parroquia.
Fue subida la Patrona por la escarpada escalinata seguida de cientos de cubanos de todas las edades, incluidas madres con bebés, personas con discapacidades físicas y ancianos. La multitud de fieles rindió tributo a la Virgen, pasando frente a ella luego de respetuosas y prolongadas esperas. El Arzobispo de La Habana ofició la misa a las 4:30 pm en el colmado recinto. Posteriormente, continúo la peregrinación hacia otras parroquias.
Entre los notables e inusuales sucesos de este singular recorrido iniciado el 8 de agosto de 2010 en Santiago de Cuba, se destaca la concurrida misa oficiada por el Cardenal Jaime Ortega en la Plaza del Mercado de Marianao, la mañana del sábado 12 de noviembre.
Recientemente se conoció que el Papa Benedicto XVI tiene la intención de realizar una visita pastoral a Cuba alrededor de la primavera de 2012, año jubilar por el aniversario del encuentro de la imagen de la Patrona de Cuba por tres pescadores en la Bahía de Nipe.
Según se ha conocido, el Sumo Pontífice desea compartir el actual momento histórico con el pueblo cubano. Ciertamente, aunque con lentitud e incertidumbres, desde hace cierto tiempo nuestra sociedad experimenta un proceso de ruptura del inmovilismo, con progresiva evidencia en la liberación de la persona.
Esto se aprecia en la espontánea y masiva participación en todas las actividades en torno a la Patrona de Cuba, en un país sin tradición de gran práctica activa de la religiosidad en comparación con otros, y donde se prohibió, persiguió y ocultó durante decenios.
En 1991 se permitió a los creyentes ingresar al Partido Comunista, lo que no estuvo ajeno a la desaparición del aliado “campo socialista”, y el embate de las carencias del Período Especial. Posteriormente el Papa Juan Pablo II, con su visita a Cuba en enero de 1998 señaló el camino a la independencia personal, al propiciar que el pueblo lo recibiera espontáneamente y asistiera libremente a sus misas, y con sus exhortaciones a no tener miedo y ser protagonistas de la historia.
En esa atmósfera empezaron a abrirse las personas adultas, y a criarse los niños y jóvenes que nuevamente, después de décadas de persecución religiosa, pueden ser bautizados públicamente y asistir al catecismo. Pero por esas vías, no sólo la religión católica, mayoritaria en Cuba, fue logrando recuperar un espacio normal, sino que las demás creencias también lo alcanzaron, incluidas las afro-cubanas.
Donde los cantos de guerra, la pérdida de valores morales y cívicos, y la represión han sido contantes durante 52 años, la peregrinación y las actividades del año jubilar de la Virgen de la Caridad no sólo propician a la Iglesia Católica Cubana su labor evangelizadora, sino también promocionan el amor, el cultivo de la virtud, el trabajo y la reconciliación, así como la participación ciudadana consciente para el progreso propio y de la nación.