LA HABANA, Cuba, marzo (173.203.82.38) – Yosvani Martín, de 32 años, residente en el barrio marginal Centro de Inseminación, en Ciego de Ávila, se dirigió a principios del pasado diciembre a la empresa eléctrica. Se entrevistó con la funcionaria que dirige el departamento de atención a la población, para solicitar un metro contador para su vivienda.
“Me dijo que para nosotros, los marginales, no había contadores. Que tenían algunos reservados para varias viviendas en construcción destinadas a trabajadores del acueducto y la empresa eléctrica, y al concluir las construcciones eliminarían los tendidos de electricidad no autorizados. También dijo que no hay presupuesto para comprar contadores en China, y tampoco podía ordenar la instalación en mi residencia porque protestaría el resto de los vecinos que se encuentra en la misma situación”.
Martín contó a este reportero que dos vecinos y él, con conexiones eléctricas ilegales, se dirigieron a las oficinas del Partido Comunista provincial a plantear el problema, y fueron enviados a las oficinas del Poder Popular, y de allí los mandaron al Instituto de Vivienda, para que legalizaran sus casas, y después que cumplieran con ese trámite, autorizarían la instalación de los contadores. “Pero hace años que estamos de aquí para allá, y nadie resuelve nada” –enfatizó.
“Este paso, para sorpresa nuestra –continuó-, como quedó claro, se podía obviar, si en vez de propietarios de nuestras casas construidas con esfuerzo propio, optábamos por legalizarlas no como dueños sino como arrendatarios, transfiriendo la propiedad de las mismas al Estado. Mis vecinos aceptaron previendo que el litigio de legalización demoraría varios años más. Como por arte de magia ambos inmuebles fueron premiados con los contadores”.
Un tercer propietario sin título, contagiado por la rápida transición de los vecinos, de la oscuridad a la luz, también optó por acogerse al alquiler perpetuo a favor del gobierno, y ahora disfruta de electricidad con buen voltaje, desconectados de las tendederas.
“Fui de nuevo al Partido a explicar que el contador sí se puede resolver, pero no estoy de acuerdo en entregar la vivienda y tener que pagar alquiler de por vida. Me dijo la funcionaria que me atendió, que fuera a Vivienda, que el Partido no podía hacer nada”.
Los postes eléctricos, el tendido, están en buenas condiciones técnicas, pero la empresa eléctrica se empeña en resolver el problema sólo si los residentes del barrio renuncian a su propiedad. “Es un chantaje –asegura Martín-. En dos ocasiones dijeron que mi expediente se había perdido. Reclamé y me dijeron que la oficina municipal de la vivienda era un relajo. Me tomaron los datos, y dijeron que me avisarían, pero no especificaron si debía esperar en este mundo o en el de ultratumba”.