LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -El periódico Granma del pasado martes publicó un artículo de Dilbert Reyes sobre temas sindicales. “Razonamiento obrero para un Congreso diferente” es su título. En ese trabajo, el colega oficialista postula la conveniencia —y aun la necesidad— de hacer cambios sustanciales en la forma en que hasta ahora se ha realizado el máximo foro de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
Ante la inminente celebración del XX Congreso de ese sindicato pro gobiernista, Reyes escribe que, “por muchos años”, los cónclaves de ese tipo y sus etapas previas “se han salido muy poco —casi nada— del guión tradicional de consecutivas reuniones de base, municipales, provinciales, hasta llegar a la ‘magna cita’ con delegados selectos y una agenda apretada de temas medulares”.
Por ello considera “necesario, casi urgente” que “no se multiplique el debate triunfalista de otros años, ni las intervenciones convertidas en consignas, ni el inútil esfuerzo de pedir la palabra para reafirmar que ‘coincido y apoyo todo lo dicho por el compañero anterior’ o ‘estamos trabajando para lograr subir el rendimiento de la caña de 35 a 39 toneladas por hectárea’”.
Es cierto que en el XX Congreso deberán abordarse cuestiones que, en buena parte, difieren de las debatidas en otras ediciones anteriores: “Código de Trabajo, reordenamiento laboral, relaciones económicas directas entre entidades estatales y cuentapropistas, nuevas formas de gestión, redistribución de las ganancias de una empresa en el ingreso de los trabajadores”, son los temas novedosos que menciona el artículo publicado en Granma.
También es verdad que, para tratar esos asuntos diferentes, debería emplearse una metodología distinta. Lo que falta por ver es si ese enunciado teórico se materializará o no en la práctica. Aquí, y por las razones que explicitaré en el párrafo siguiente, acude a la mente el conocido refrán: Haz lo que yo digo, y no lo que yo hago.
“Evitar el discurso vacío y la consigna”, son palabras del presidente de la Comisión Organizadora del Congreso (y casi seguro próximo secretario general de la CTC), Ulises Guilarte de Nacimiento, que se citan en el artículo. Sólo viene al caso hacer una observación: Ese consejo, al igual que las restantes intervenciones del mencionado dirigente que ha mostrado la Televisión Cubana, se han caracterizado justamente por ser ejemplo del discurso vacío y las consignas…
En realidad, no existen perspectivas serias de que se actúe de otro modo mientras el régimen pretenda seguir utilizando el movimiento obrero como una simple correa de transmisión, como un medio más para controlar la población. ¿Alguna vez aceptarán la existencia de organizaciones alternativas? ¿Reconocerán la labor de —digamos— el aguerrido líder gremial Iván Hernández Carrillo al frente de la Coalición Sindical Independiente de Cuba?
“Por un socialismo próspero y sostenible” es el lema que presidió las celebraciones del pasado Primero de Mayo y que el régimen castrista aspira a poner en práctica. El gran problema consiste en que, según ha demostrado la práctica de medio siglo en Cuba y la más dilatada aún en Europa y Asia, la frase constituye una contradicción en términos, ya que ese sistema sociopolítico no puede ser próspero ni sostenible.
Incluso aquellos países dominados por partidos únicos y por el marxismo leninista en los que se han alcanzado resultados económicos notables (China y Vietnam), han tenido esos logros sólo gracias a los elementos de libre empresa que han introducido sus respectivos regímenes.
La modalidad de castrismo que encabeza ahora el general de ejército
Raúl ha dado muestras de querer marchar por un camino similar, pero hasta el momento se ha mostrado reacia a permitir el surgimiento de un empresariado cubano alternativo de verdadera importancia. He ahí el gran freno en las pretensiones de sacar a nuestro país de la honda crisis en que sigue sumido. Y esto, con independencia de la forma en que se celebre el XX Congreso de la CTC.