![Restaurante El Jardin- Foto de Leon Padron Restaurante El Jardin- Foto de Leon Padron](https://www.cubanet.org/wp-content/uploads/2013/08/Restaurante-El-Jardin-Foto-de-Leon-Padron-300x225.jpg)
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -El emblemático restaurante El Jardín, ubicado en la calle Línea, de El Vedado, se mantiene cerrado desde hace varios años. Su indetenible depauperación conmociona a todos los que en algún momento disfrutaron de su esplendor y su buen servicio, cuando formaba parte de la cadena de restaurantes de lujo que siempre distinguieron a la capital.
En la zona comprendida desde la calle Línea hasta el malecón, incluyendo Calzada, además de El Jardín, también se distinguieron -hasta principios de los años 90- los restaurantes Potín, El Carmelo, el Centro Vasco, el Pío-Pío de Malecón, el Mesón de la Chorrera y el 1830, entre otros. Antes del llamado Período Especial, todos ofrecían excelentes servicios, en moneda nacional.
Desde entonces, la mayoría imponen el cobro en moneda libremente convertida (CUC), y los que quedaron comercializando en moneda nacional, exhiben un pésimo servicio y una oferta que deja mucho que desear.
Recientemente pude conocer que la gerencia de la Empresa de Restaurantes de Lujos, a la que pertenece El Jardín, ha confirmado una inversión para dar inicio a la reparación a partir del próximo mes de diciembre. Sin embargo, varios vecinos del lugar, entrevistados por este reportero, se mostraron escépticos.
Uno de ellos dijo:
“Cuando lo vea, lo creo, ya que desde hace años, una y otra vez, los difusos intentos para poner en funcionamiento este restaurante se diluyeron entre la falta de provisiones idóneas que necesita el local, y la incapacidad de las brigadas de mantenimiento que designaban para ese trabajo. Lejos de resolver el problema, los ineptos constructores provocaron tupiciones y filtraciones, además de que ellos mismos vendían muchos de los materiales, dando al traste con el cierre definitivo del afamado restaurante”.
Lo cierto es que ante la indefinida iliquidez para reparar este recinto, la administración encontró una pírrica solución para mantener con empleo a parte de sus trabajadores, al improvisar en un extremo del local un punto de venta que mantiene una mediocre oferta de pizzas, refrescos, cigarros y otros artículos. Se pudo conocer, además, que el restaurante sirvió de matriz para la elaboración y distribución de pan, mientras se le daba mantenimiento a la panadería ubicada enfrente, en la calle C y Calzada.
El virtuosismo arquitectónico de La Habana es un legado que data de siglos. Este proceso evolutivo se paralizó con la llegada de la revolución, eficiente depredadora de las capacidades que en el pasado encumbraron a los habitantes de esta Isla. Más de medio siglo después, el deterioro de las instalaciones públicas no se detiene. Cierran los recintos por un periodo interminable, o los derrumban. Y en su lugar, ponen tres o cuatro bancos de cemento en lo que llaman parque, olvidando lo que allí existió. Ojalá no sea ese el destino finalmente de El Jardín.