CORRALILLO, Cuba, mayo, 173.203.82.38 -El servicio ferroviario hacia las playas del norte de Villa Clara ha sido al fin restablecido, gracias al gran esfuerzo que, tanto de noche como de día, realizaron los trabajadores del ferrocarril en esta provincia.
Las autoridades del régimen en la provincia han creído necesario aclarar públicamente que no fue el robo la causa de la pérdida de los raíles de las líneas en dicha vía, inexistente durante más de un año, sino que fue simplemente una negligencia. Lo que no aclararon es qué tipo de negligencia pudo ocasionar que se perdieran kilómetros y kilómetros de línea férrea, sin dejar la menor huella.
Este trabajó inicial abarcó la reposición de más de 21 kilómetros de recorrido, donde ya no figuraban ni siquiera las marcas ni las huellas de los raíles, en zonas en las cuales las líneas del ferrocarril constituyen el más antiguo acceso de comunicación motorizada.
Para lograr el milagro de la reaparición de las líneas perdidas, los ferroviarios trabajaron de sol a sol, sin recibir ni una merienda en las horas donde el astro rey los acribillaba. El único día en que les llevaron un almuerzo, resultó ser arroz y un potaje de chicharos ya con pestilencia, dentro de unas cantinas antihigiénicas y expuestas a las inclemencias del tiempo, mientras el chofer del tractor que las distribuía se tomaba su tiempo para llevarlas al campo.
Luego de hacer posible el milagro de que funcionen nuevamente los trenes por la antigua vía férrea hacia las playas, se supo que no ha existido para ningún peón ni jefe de brigada reconocimiento alguno, mucho menos un estímulo monetario. Ni siquiera, aunque no les sirva de nada, recibieron una felicitación de parte de la dirección provincial, a pesar de la labor tan dura que realizaron y de sus importantes beneficios sociales.
Ahora, muchos de esos trabajadores se preparan para reponer cientos de metros de recorrido en otros sitios de la vía, igualmente sin raíles y cubiertos ya por la maleza. Son conductos de imprescindible uso para la próxima zafra azucarera. Los raíles de estas líneas también desaparecieron, supuestamente por la misma negligencia a la que aluden los dirigentes.
Como un dato curioso, se puede decir que este grupo de constructores, aun con lo mal que son tratados por sus jefes, no renuncian a su labor. Al contrario, la brigada crece. Y bien podría ser porque actualmente los raíles, las piedras, el hormigón, el cemento y otros materiales, empezaron ya a salirse de la línea, desviados para la venta ilegal. Sólo que como novedad, ahora llevan el autorizo de los jefes.
Tanto los trabajadores como sus responsables han descubierto que resulta más práctico y más rentable para el bolsillo de cada cual vender los materiales antes de que sean utilizados en la línea. Así, no desaparecen las vías férreas, y además el material que se trafica ilegalmente puede llevar el visto bueno de las autoridades y hasta el cuño oficial.