LA HABANA, Cuba, septiembre de 2013, www.cubanet.org.- Con motivo del sexagésimo quinto aniversario del establecimiento de la República Popular Democrática de Corea (R.P.D.C.), en la noche del último martes día 10 se inauguró una muestra de cine bélico de ese país asiático, en la Sala 1 del multi-cine Infanta, de esta capital. A la apertura asistieron funcionarios de la embajada de ese país en Cuba, presididos por su embajador, el Señor Jon Yong Jin, al igual que miembros de otras delegaciones diplomáticas acreditadas en la capital.
Desde el martes y hasta este viernes, se exhiben cuatro filmes: La Isla Wolmi (1982), Pyongyang Nalpharam (2006), Orden No. 027 (1986) y De 5 pm a 5 am (1990).
En la presentación de la muestra, el especialista del Proyecto 23 del ICAIC, Jesús Francisco Yagües, agradeció a los organizadores. Para ilustrar que el cine de esa nación no le es desconocido al público cubano, recordó que una de las películas más populares vistas en Cuba en los años 80, El flautista contra los ninjas, fue una producción realizada en ese país. Además, elogió el Festival de Cine de los Países No Alineados de Pyongyang, que se celebra en la R.P.D.C. cada dos años, y en el cual se conceden tres premios: la Antorcha de Oro, la Antorcha de Plata y la Antorcha de Bronce.
Según Yagües, quien visitó ese festival en el año 2002, lo que más le impresionó fue el entusiasmo de la gente, que llenaba las salas, y comparó ese entusiasmo con el que surge en la población habanera, durante el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
Por último, alegó que el mayor valor de las películas de la muestra, es enseñar el patriotismo y el heroísmo del pueblo norcoreano, que está dispuesto a luchar contra el imperialismo yanqui “hasta la última gota de sangre”, dijo.
A continuación, el embajador de la R.P.D.C. en Cuba, el Señor Jon Yong Jin, leyó un discurso en español. Informó que este programa cultural se había hecho para conmemorar el 65 aniversario de la fundación de la R.P.D.C. También habló del socialismo, del “Líder Camarada Kim Il Sung”, y del “Dirigente Camarada Kim Jong Il”. Mencionó que la Guerra de Corea se había iniciado por una invasión de Corea del Sur y los Estados Unidos, junto a sus “países satélites”; y en relación a Cuba, declaró su condena al bloqueo económico norteamericano, a la base naval de Guantánamo, y afirmó su solidaridad con “los cinco antiterroristas” cubanos.
La película que abrió la muestra, La isla Wolmi, aborda un episodio de la Guerra de Corea, ocurrido entre el 12 y el 15 de septiembre de 1950, cuando un grupo de combatientes de la R.P.D.C. luchan contra una flota de buques norteamericanos, a la que le causan numerosas bajas. El pelotón resiste, hasta el último de sus hombres, durante cuatro días, hasta que la isla finalmente es ocupada.
Sobre esta cinta, de 1982, no hay mucho que decir, sólo que es una obra digna de incluirse en la historia de la antropología cinematográfica, como un ejemplo insuperable de panfleto político, y del anti canon de Hollywood. Su estética del cliché y del melodrama, va más allá de cualquier frontera que hayan podido imaginar las telenovelas mexicanas de los años 40 y 50, y su didactismo patriótico –reiterado en cada escena, y colmado en cada detalle– supera ampliamente al de las películas soviéticas sobre la Segunda Guerra Mundial.
En una antología del cine, que aborde los cánones alternativos, bien se pudiera incluir la escena en que un oficial del Ejército Popular de Corea le dice a otro, de menor rango, que “La Patria es el General” (Kim Il Sung), o la del soldado norteamericano preso, que escribe antes de morir, bajo las bombas de su propio ejército, que los soldados coreanos eran los más valientes, y maldice al ejército de Estados Unidos por esa invasión. La isla Wolmi es, sencillamente, una obra perfecta, en el género “propaganda”.
La muestra de cine ocurre poco después de que un barco artillado, que salió en julio pasado de Cuba, con destino a Pyongyang, fue investigado por especialistas de las Naciones Unidas en el Canal de Panamá. El gobierno de la isla caribeña argumenta que se trata de material de guerra obsoleto.
De todo el material bélico descubierto, las cajas de municiones y explosivos fueron la única carga que no aparecía en la relación dada por el gobierno cubano tras destaparse el escándalo del barco, el 15 de julio.
Tras ser incautada la embarcación y detenidos sus 35 tripulantes, el gobierno cubano reconoció que el Chong Chon Gang transportaba 240 toneladas de armamentos obsoletos para ser reparados en Corea del Norte.
Se espera que el gobierno cubano sea sancionado y obligado a pagar una multa por violar el embargo internacional a Corea del Norte.