LA HABANA, Cuba, diciembre, 173.203.82.38 -El pasado 2 de diciembre se cumplieron 55 años del arribo a Cuba de Fidel Castro, al frente de un grupo expedicionario, con el propósito de iniciar la lucha armada para derrocar al gobierno del general Fulgencio Batista. La creación del Ejercito Rebelde se conmemora en esa fecha.
A pesar del ataque de la aviación militar, los 82 expedicionarios llegados desde México a la ensenada de “Las Coloradas”, en el oriente cubano, lograron salir de la ciénaga e internarse en la zona. Días más tarde eran nuevamente localizados por fuerzas de tierra y aire del Ejercito Constitucional en el lugar conocido por “Alegría del Pio”. Durante el combate mueren tres expedicionarios. Antes de que el grupo logre internarse en la Sierra Maestra, son abatidos otros 18 expedicionarios en nuevas escaramuzas.
Al concluir la lucha armada, en enero de 1959, el Ejercito Rebelde contaba con veinticinco columnas y diez destacamentos guerrilleros distribuidos en ocho frentes de combate.
Entonces las Fuerzas Armadas Constitucionales y el Ejército Rebelde coexistieron durante unas semanas. Pero al descubrirse una conspiración concebida por la organización “La Rosa Blanca”, se inició un proceso de depuración que alcanzó a un número considerable de oficiales, clases y soldados de la institución armada constitucional. El Ejército Rebelde quedó convertido en la única Fuerza Armada de la nación.
Pero eso no bastaba a los fines de Castro. Así que procedió a la creación de las Milicias Nacionales Revolucionarias, integradas por personas que no habían tenido una participación reconocida en la lucha insurreccional contra el régimen de Batista y, por ende, constituían un material más maleable que los endurecidos “barbudos”. Castro comenzó a exhibirse con la boina que identificaba a las Milicias.
La política seguida por el gobierno del Primer Ministro Castro no tardó en despertar los recelos de algunos de sus compañeros de lucha, originando el surgimiento de disidencias dentro de las filas rebeldes. Las más conocidas fueron las que implicaron a los comandantes Hubert Matos, William Morgan y Eloy Gutiérrez Menoyo, pero en realidad fueron muchos los miembros del Ejército Rebelde que murieron ante los pelotones de fusilamiento o sufrieron distintas sanciones en las cárceles castristas.
Antes de cumplirse una década del triunfo “revolucionario”, el Ejercito Rebelde se había transformado en el recuerdo de lo que fue y ya no era.
Ahora, al celebrar su aniversario 55, los medios gubernamentales de comunicación hicieron una discreta referencia al acontecimiento, limitándose a trasmitir el acto celebrado en el teatro del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR), en el cual el grupo infantil “La Colmenita” y otros participantes, pretendieron establecer una analogía entre las luchas de los mambises por independizar a Cuba de España, y la protagonizada por Castro en contra del régimen de Batista.
Durante los días 3 y 4, se efectuaron maniobras militares en todo el territorio nacional, anunciadas para “elevar la capacidad defensiva” de las FAR, aunque muchos presumen que el motivo real era amedrentar a la población, mostrándole lo que podría ocurrir ante posibles manifestaciones de “indisciplinas anti sociales”.
Es lo que resta hoy de aquel Ejército Rebelde. La celebración de un aniversario trivial, utilizada además como pretexto para amenazar al pueblo.