LA HABANA, Cuba, mayo, 173.203.82.38 -De acuerdo con recientes informaciones brindadas por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, en el primer trimestre del año hubo un significativo incremento de la producción agrícola, en relación con igual periodo del pasado año. Se produjeron 43 mil toneladas de arroz, con incremento de 43%.
Al finalizar el trimestre ya estaban en los almacenes, en espera de su distribución y venta, 37 mil toneladas de frijoles de diferentes variedades, lo que significó un incremento de 20%.
En cuanto a las viandas, se produjeron 324 mil toneladas. También se acopiaron 493 mil toneladas de hortalizas y vegetales. En ambos renglones, en su conjunto, hubo un incremento de 0.2%, en relación con igual fecha del pasado año.
Si bien hubo un buen comportamiento de la producción agrícola, esto no se ha reflejado en una disminución de los 1700 millones de dólares que el gobierno ha destinado, en el presente año, para la importación de alimentos (70 % de lo que consume la población), que se destinan a la venta subsidiada de la magra canasta básica.
¿Si, como dicen, hubo esos incrementos en la producción de arroz, frijoles, viandas, vegetales y hortalizas, por qué entonces los precios, lejos de bajar, cada día aumentan más?
Por mucho que se busque, es difícil encontrar la libra de arroz a menos de 5 pesos. Ni la de frijoles a menos de 10 pesos. Se habla de sobrecumplimiento, pero en los Mercados de Oferta y Demanda, puntos de venta y carretilleros, el que quiera comprar frijoles, tiene que pagarlos tanto o más caros que en meses atrás.
Algo similar ocurre con las viandas, hortalizas y vegetales. Mucha fanfarria en los titulares de la prensa oficial, pero los precios no bajan. ¿Cuáles son los efectos reales de los aplaudidos y publicitados sobrecumplimientos agrícolas, si los precios de los alimentos siguen aumentando?
El problema ya no es de acopio. A La Habana, donde se concentra el mayor mercado de venta del país, diariamente, desde las 7 de la noche hasta las primeras horas del amanecer, arriban decenas de camiones procedentes de otras provincias, cargados de productos del agro, y se estacionan en una explanada colindante al demolido Central “Martínez Prieto”, en el municipio de Marianao.
En cuanto al asunto del acopio y comercialización de los productos del agro por las empresas del Estado, existe un turbio y escandaloso negocio en el que participan de manera encubierta funcionarios de los ministerios de la Agricultura y Comercio Interior. Las conexiones existentes entre estos corruptos dificultan poder conocer tan escandaloso negocio, donde se mueven cientos de miles de dólares diariamente.
Por tales razones, a este improvisado y altamente rentable mercado concentrador privado acuden decenas de carretilleros, dueños de puntos de ventas, tarimeros de los mercados de oferta y demanda, y propietarios de cafeterías y paladares, para comprar las mercancías que necesitan, sin límites, a precios mayoristas, que luego venden a precios multiplicados por tres.
Solo pueden comprar productos del agro los que tengan dinero suficiente. Evidentemente, es imposible para los que ganan salarios de 300 o 400 pesos mensuales, que son la mayoría.