La Cumbre de las Américas es la mejor oportunidad para Cuba. Por primera vez desde 1959, nuestro país tiene y aprovecha la ocasión brindada por la comunidad internacional para ponerse a tono con el mundo.
Repasemos. En 1985 el Gobierno cubano tuvo un excelente momento para colocar al país a la altura de lo que se avecinaba. Decidió por el contrario desaprovechar la perestroika y la ocasión abierta para detener, en algún punto, la crisis estructural del país, aunque para ello tuviere que haber reconocido la crisis estructural del modelo.
Con toda probabilidad no se hubiera salvado el socialismo si el Gobierno usaba la ocasión para transformarse, pero sí se hubiera salvado, por ejemplo, la industria azucarera. Por no hacer los cambios necesarios, no tenemos hoy ni socialismo ni azúcar.
Esta segunda oportunidad es mejor y distinta. Distinta, porque prosigue el proceso gradual de regreso a nuestro espacio geopolítico natural. Mejor, porque por primera vez se invita a todo un país a ese proceso de integración. (Continúe leyendo en 14Ymedio.com)