EL PAÍS (España).- Los primeros arrestos. Así se llama una exposición que conmemora en Moscú el centenario de la revolución bolchevique del 7 de noviembre de 1917 (el 25 de octubre en el calendario juliano vigente entonces en Rusia). Formada por 54 retratos y biografías, la muestra constituye una aportación crítica para un aniversario complicado. La entidad responsable es Memorial, la organización de derechos humanos rusa que vela también por la memoria histórica.
En el conjunto de personajes, 53 fueron arrestados por razones políticas o de forma arbitraria entre el 25 de octubre (fecha del asalto al Palacio de Invierno y fin del Gobierno provisional) y la disolución de la Asamblea Constituyente panrrusa. La galería de retratos se cierra con Iván Manujin, el médico de la cárcel de la fortaleza de Pedro y Pablo de Petrogrado, que negociaba rescates para la liberación de los presos y que acabó exiliándose a Francia.
En aquellos turbulentos meses, las instituciones del viejo régimen se habían desmoronado y los revolucionarios que arrollaron al Gobierno provisional de Alexandr Kérenski no habían sistematizado aún el aparato policial y de justicia. El periodista, historiador y editor Vladímir Burtsev fue el primer arrestado cuando el crucero Aurora no había dado la señal de asalto del palacio. Brevemente detenidos, siguieron un militar (el general Yakov Bagratuni, cuñado de Kérenski) y un ministro del Gobierno provisional. Las prisiones estaban llenas, había problemas graves como el desabastecimiento, la guerra, la búsqueda de una paz por separado con Alemania. La resistencia a los bolcheviques era todavía escasa. Los carceleros se podían permitir liberar a los presos de la revolución con celeridad. Los periódicos de la época, las memorias y los archivos estatales son las fuentes que Borís Belenkin, miembro de la dirección de Memorial y responsable de su colección de documentos, ha utilizado para montar la exposición. Unos estilizados y lacónicos rectángulos blancos decorados con desvaídas fotografías jalonan las paredes de la sede de Memorial. En cada rectángulo, un destino, desde los ministros del Gobierno provisional arrollado por la revolución, a industriales y banqueros, pasando por militares, economistas, médicos, arquitectos, sacerdotes y ateos, oficiales, estudiantes, hombres y mujeres, judíos y antisemitas.
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