LA HABANA, Cuba -Dos sucesos en el continente americano son comentados en estos días: el encuentro en Washington de representantes de los gobiernos de Cuba y Estados Unidos para un diálogo sobre derechos humanos, como parte del proyecto de restablecimiento de relaciones entre ambos países y más reciente, la cumbre de las Américas celebrada en Panamá. El segundo evento eclipsó al primero por su connotación y sentido más abarcador, durante los días previos a la cita y aún en estos días se comenta por doquier el histórico encuentro de los presidentes Obama y Castro, la idea de la honestidad de Obama expresada por Raúl Castro, las consecuencias para algunos países de Latinoamérica de la posible alianza Cuba E.U., así como, los desaciertos de algunos presidentes calificados como fracasados en su oratoria agresiva y otros obsesionados por el tema de la libertad de prensa y la idolatría.
El subdirector general de Asuntos Multilaterales y Derechos Internacionales de la Cancillería cubana afirmó, durante los días previos a la primera cita, que trató el tema de los derechos humanos, que se trabajaba bajo la idea de la existencia de diferentes modelos políticos y niveles de democracia. Lo que resulta demasiado impreciso y tal vez ambiguo. Hemos de cuestionarnos en qué nivel de democracia se encuentra el gobierno de la isla caribeña y que perspectiva tiene en temas como este, que ha sido a través de muchos años, un punto demasiado débil en sus intentos defensivos.
Resulta un hecho innegable que la democracia en Cuba terminó con la instauración del régimen comunista. Los representantes del gobierno cubano poco pueden exponer, si de derechos humanos se trata. Los <logros> en materia de educación y salud, han pasado a ser cosas del pasado, nadie cree en lo que intentan mostrar como paradigmas, países de Latinoamérica, con modelos considerados progresistas no aceptan las “proezas” del país del viejo comandante. Los diarios de cualquier nación se pronuncian contra la injusticia del régimen y esperan con optimismo un cambio radical, a partir de la apertura de las relaciones Cuba-Estados Unidos.
La existencia de campos de concentración entre 1965 y 1968 establecidos en la provincia de Camagüey, constituye una de las mayores pruebas de las violaciones de derechos humanos. Se estima que más de 35 000 reclusos permanecieron en estos sitios por el hecho de ser religiosos y homosexuales, aunque se conoce que recluyeron: universitarios ideológicamente inconformes, sacerdotes, artistas e intelectuales, hippies, prisioneros políticos, emigrantes potenciales, campesinos que no se unieron para la colectivización de sus tierras, entre otros considerados desafectos.
El fusilamiento de centenares de personas opuestas al régimen en los años iniciales del proceso revolucionario, la discriminación racial, el aislamiento y repudio hacia aquellos con preferencias por su propio sexo, el intento de hacer desaparecer la religión de un país declarado ateo, la presencia de espías en instituciones fraternales y la desaparición de los colegios de enseñanza religiosa, son muestras de las más grandes violaciones de derechos humanos de la etapa inicial de la Cuba revolucionaria.
Se sabe que el gobierno comunista fue responsable del entrenamiento de guerrillas en diversas partes de América, de la exportación masiva de hombres hacia las guerras de países del continente africano, destacándose en este sentido: la intervención en Argelia en 1963, la participación de tropas cubanas infiltradas desde Tanzania durante la crisis del Congo entre 1964-1965, así como la histórica ayuda a Angola desde 1975 hasta 1991, sobresaliendo su participación en la llamada operación Carlota, la guerra civil angolana y la de la frontera de Sudáfrica, lo que justificaron bajo el ropaje del “internacionalismo proletario”, sin embargo, han criticado continuamente al gobierno de Estados Unidos por intervenir en los asuntos internos y la soberanía de varios países.
Actualmente, los mandatarios del caduco sistema son responsables del envío de miles de médicos hacia diversos países, los que son bien remunerados, pero el gobierno les paga un mínimo y les roba la mayor parte. Lo que otrora calificara de <robo de cerebros>, es ahora una <colaboración o misión> que ha dejado a Cuba con escases de médicos y ha sometido a su población a estar atendida por inexpertos alumnos que cursan su último año. No obstante, se sigue con la idea de la <potencia médica> ideada por el legendario mandatario.
Las detenciones a miembros de organizaciones disidentes en los últimos meses, la persecución a periodistas y artistas, la prohibición de cualquier manifestación cultural que intente oponerse al sistema, y muy reciente, la participación en la cumbre de Panamá de grupos organizados y entrenados por las autoridades cubanas, que provocaron grandes escándalos y agredieron a sus propios compatriotas que intentaban exponer sus criterios, son muestras irrefutables de lo que se hace contra los derechos humanos en la actual situación convulsa del país.
Las partes cubanas no tienen disposición para asumir un verdadero cambio, existe el temor a la pérdida del poder. No obstante, el hecho de que se estén efectuando negociaciones entre ambos gobiernos es un logro. La obsesión del pensamiento del viejo líder de la revolución pasará a la historia como ejemplo de idea delirante.
El muro cubano pronto caerá, como ocurrió en Alemania. Los cubanos de la isla volverán a reencontrarse con los cubanos del exilio. Recordemos la antesala de la desarticulación de la antigua URSS representada por la perestroika, y los procesos ocurridos en los países de la Europa Oriental hasta su definitiva libertad. El curso de la historia ha demostrado la ineficacia de un sistema en el cual: “De ser siervo de sí mismo, pasaría el hombre a ser siervo del estado. De ser esclavo de los capitalistas (…) iría a ser esclavo de los funcionarios”, pues según Martí, “en ese sistema socialista dominaría la comunidad al hombre, que a la comunidad entregaría todo su trabajo” y en sistemas totalitaristas los derechos de los hombres desaparecen, pero renacerán triunfantes en un cercano futuro.