VENECIA, Italia.- Sin armas y sometidos a enormes presiones, los venezolanos han emprendido una desigual lucha para lograr cambiar su actual destino.
Y lo más impactante en esta determinación de la mayoría, es haber sobrepasado el miedo.
Venezuela se encuentra sola en su lucha, ya que instituciones y países que pudieran ayudar deshojan margaritas, indecisos en las presiones que deben ejercer al gobierno de Nicolás Maduro.
Mientras tanto, el mandatario chavista solo quiere ganar tiempo, buscando la fórmula mágica que disipe —de una manera u otra— el peligro del revocatorio.
Su mejor instrumento es Diosdado Cabello, ya que el diputado ha asegurado que hará “lo que tenga que hacer” para que no haya referendo revocatorio. Con estas declaraciones Cabello sigue en su cruzada de sabotear un encuentro entre las facciones del Gobierno y la oposición. En esta oportunidad aseveró que actualmente no hay condiciones para el diálogo.
Pero, ¿a qué se debe el temor a una consulta popular en Venezuela, similar a la realizada en 1973 en Chile, en los tiempos de Augusto Pinochet?
El venezolano Anderson Olivero se hace la misma pregunta: ¿Cuál es el problema que se haga el revocatorio? Si el chavismo dice que es mayoría, ¿por qué no dejan que se lleve a cabo…?
Lo que pasa es que los números no favorecen en nada a Maduro.
Para revocarlo se necesita más de los 7,5 millones de sufragios con los que fue elegido en 2013. Según la firma Venebarómetro, el 73,4% de los venezolanos reprueba su gestión y 64% de los electores votaría por sacarlo del poder. Los cálculos son claros y demuestran que en el caso de un revocatorio Maduro perdería y debería entregar el poder y llevar a cabo nuevas elecciones.
Se busca que la consulta se haga antes del 10 de enero de 2017. Si ocurre después de esa fecha y el Presidente es revocado, los dos años de mandato que le faltarían los completaría su vicepresidente.
Además, este año hay elecciones de gobernadores y en el 2017 de alcaldes. Los mismos números negativos de Maduro se dan para el chavismo y revolotean fuerte en el ámbito político venezolano.
El hambre y la falta de medicinas, en el otrora rico país petrolero, son los factores más poderosos para que el pueblo pida la salida de Nicolás Maduro y el resto de los que componen el gobierno.
El sentimiento que La Habana es la que manda es otro factor del rechazo de los venezolanos al actual gobierno.
“Hemos perdido el miedo. Ya no lo sentimos sobre nuestras cabezas, aunque sabemos que está ahí presente. Nuestras necesidades y el hampa, sobrepasan nuestros temores al gobierno”, sintetiza el caraqueño Marcos Carvajal. Es el parecer de millones de sus compatriotas.