NUEVA YORK, Estados Unidos.- El Gobierno de Venezuela se apresta a dificultar la vía por donde el pueblo venezolano recibe la mayoría de las informaciones y se comunica con el exterior: Internet y las redes sociales.
Desde la era de Hugo Chávez, el nuevo gobierno socialista comprendió lo urgente que era interferir las comunicaciones de los venezolanos para infundirle las nuevas ideas “rojas-rojitas” y el adiestramiento adecuado.
Por eso Chávez, desde el momento mismo en que asumió la presidencia en febrero de1999, se propuso regular las redes en Internet y eliminar la prensa libre.
Acabar con diarios, radio y televisión fue fácil, pero meter las manos en Internet fue complicado y Chávez debió recurrir a Fidel Castro. Y éste envió a Venezuela al experto en comunicaciones, el comandante Ramiro Valdés —uno de los principales artífices de la censura de Internet en Cuba— quien no sólo manipuló las redes en la nación caribeña, sino que también las máquinas de votación.
Tanto La Habana como Miraflores le tienen pavor a Internet, por ser la herramienta más eficaz para mantener informada a la población.
Cuba
El gobierno de La Habana no ha tenido nunca la intención de ampliar y ofrecer un acceso completo de Internet a sus ciudadanos.
Hace algunos años se promulgó una ley que daba derecho a Internet a todos los ciudadanos, pero solo podían conectarse en los cibercafés a precios verdaderamente prohibitivos, entre seis y diez dólares la hora. El régimen adujo que las limitaciones de acceso de Cuba impiden que este servicio se brinde en los domicilios, por lo que se esperó la instalación de un cable submarino entre Venezuela y Cuba que se dijo aumentaría 3000 veces la conectividad.
La obra se terminó pero nada cambió. Por el contrario, la ampliación de Internet en el archipiélago es un proyecto que va a paso de morrocoy, con temores ante su influencia “perniciosa en el pueblo”.
Incluso Raúl Castro advirtió a su propia gente, como lo es la oficialista Unión de Escritores y Artistas de Cuba, UNEAC, que la Isla está amenazada en el campo cultural por “proyectos subversivos” y una “oleada colonizadora global”
Venezuela
El gobierno de Hugo Chávez preparó y reglamentó, con el decreto N°825 del 10 de mayo de 2000, el acceso y uso de Internet “como Política Prioritaria para el Desarrollo Cultural, Económico, Social y Político de la República Bolivariana de Venezuela”.
Contenía frases bonitas para maquillar la primera fase de regularizar el medio y acondicionarlo al espíritu socialista.
Pero Chávez fue afectado por el cáncer y falleció, dejando sin terminar el proyecto de aislamiento del pueblo venezolano.
La Constituyente
Hoy, con Nicolás Maduro, los miembros de la Constituyente tienen el propósito de terminar el proyecto “a juro”, tal como lo prometió Delcy Rodríguez, excanciller y ahora presidenta del órgano legislativo al servicio de la nueva dictadura chavista.
Rodríguez dijo que “el pueblo venezolano ha sido víctima de laboratorios de guerra psicológica diseñados en los centros imperiales” que deben suprimirse. Para depurarlo, la Constituyente “regulará” el uso de las redes sociales para sancionar los “delitos de odio”.
Agregó que se aplicarán fuertes sanciones “cuando se esté en presencia de un delito de odio y de intolerancia” e hizo hincapié en que las redes sociales se han convertido en Venezuela “en la plataforma más grotesca y brutal para atentar contra la integridad del pueblo”, por lo que “debe haber regulación a la empresa proveedora de esos mensajes”.
La Constituyente, es un órgano visto como fraudulento por buena parte de la comunidad internacional, pero tiene el poder de actuar, aumentar en varios grados la represión y emprender el cierre de las redes sociales, que se sabe, ya están en buena parte interferidas.
Numerosos opositores venezolanos se han quejado que tienen problemas para comunicarse con el exterior. La periodista venezolana Mercedes Montero indica que artículos suyos se pierden en la red informática y nunca llegan a su destino. Igual queja proviene de María Margarita Caldera, quien mantiene un foro donde se debaten diversos temas de actualidad.
Hoy peligran Internet y todas las redes sociales en Venezuela, especialmente Facebook, MySpace y Twitter, las más visitadas por los jóvenes, quienes son los que en su mayoría, están llevando a cabo las protestas y a quienes Maduro y su camarilla les temen como a la propia muerte.