QUITO, Ecuador -En las universidades cubanas, los profesores – que no son precisamente graduados de filosofía, sino de Filosofía Marxista – están obligados a presentar cualquier enseñanza filosófica desde una perspectiva marxista y desde estas posiciones criticar, utilizando citas de los llamados clásicos del marxismo a los grandes filósofos de todos los tiempos. Resulta imperdonable que nuestros estudiantes tengan que aprender los conceptos considerados paradigmas del marxismo e ignoren las concepciones de Platón en torno a los arquetipos e ideas concebidos en la Mente Divina y asumidos por el Demiurgo, cual creador de las cosas existentes y expresadas en el mundo.
Sin embargo, al verdadero genio de la filosofía se le acusa de idealista, no sin antes haber presentado una versión ridiculizada de los primeros filósofos que se cuestionaron acerca del origen de todo y lo intentaron hallar en elementos de la naturaleza. A estos se les ha etiquetado de <materialistas ingenuos y dialécticos espontáneos> siguiendo las recomendaciones de “los clásicos.”
Los que enseñamos en aulas universitarias y fuimos valientes, aun cuando corríamos el riesgo de ser atacados por marxistas y militantes comunistas, precisábamos que no eran ni tan materialistas y mucho menos ingenuos. Tales, Anaxímenes y Anaximandro merecen ser respetados por el hecho de haber sido los primeros en presentar – al menos en el occidente- ideas coherentes y bien fundamentadas en torno a los grandes misterios de la vida y su existencia.
El pensamiento de Aristóteles queda resumido a la idea del motor impulsor de todas las cosas, aunque tiene mayor suerte que Platón por sus conceptos más concretos y precisos. Se ha preferido exponer las leyes de la “negación de la negación” o “la unidad y lucha de contrarios” en lugar de las grandes leyes divinas: Unidad esencial, movimiento incesante, periodicidad, ley septenaria y doctrina de constantes cambios. Se prefirió sepultar las categorías clásicas de la filosofía y solo presentar las autorizadas por los arcaicos manuales de origen soviético que aún intentan mantener vigentes en Cuba.
Algunas carreras incluían la Filosofía en los dos primeros años, pero la enseñanza se limitaba al Materialismo dialéctico e histórico, Economía Política y Comunismo Científico. Luego se sustituyó por “Filosofía y Sociedad”, aunque solo se hizo un cambio de nombre. La nueva asignatura mantuvo su enfoque marxista y se abordan aspectos esenciales de lo que se ha llamado <marxismo-leninismo>.
Las carreras de humanidades además de la ya citada, incluyen en sus planes Historia de la Filosofía, pero desde la perspectiva marxista. En sus primeras clases hay que convencer a los educandos para que repitan memorísticamente el absurdo de una filosofía antes del marxismo y otra a partir del marxismo. Cuando estudiamos con seriedad y consultamos los grandes textos de Historia de la filosofía no aparece en ellos tal clasificación. Las grandes etapas de la filosofía, desde la Filosofía Antigua Griega hasta la Contemporánea del siglo XX, se han sustituido por lo anterior y posterior al marxismo. No quiero decir que se suprima a la filosofía marxista de la enseñanza, lo que no podemos seguir permitiendo es que se le sobrevalore al extremo de imponer a la fuerza de la repetición solo lo que expone esta tendencia.
La filosofía marxista – forma oficial de filosofía en las cátedras y aulas cubanas – es solo una tendencia o modalidad en la historia de la filosofía, que desde hace años está en su fase de crisis o decadencia. Algunos estudiosos prefieren llamar a Marx pensador y no precisamente filósofo, independientemente que para sus análisis económicos se basara en enfoques filosóficos. No se trata de negar a Marx, es presentarlo, pero hacerlo después de haber enseñado y no criticado a Platón, Aristóteles, Plotino, San Agustín, Santo Tomás, Tomás Moro, Giordano Bruno, Kant, Hegel, Voltaire, Montesquieu, Balmes y otros tantos, que a través de los siglos aportaron conceptos esclarecedores en torno a los misterios de la existencia de Dios, el Universo y el hombre.
En los colegios cubanos debe enseñarse la filosofía, que es una, no es ni idealista, ni materialista, ni marxista, ni leninista, una filosofía en la que junto a Marx, con sus análisis económicos teóricos, aparezca Platón con sus concepciones acerca de las ideas, una filosofía basada en la presentación de las enseñanzas directas de sus autores, y no en las opiniones de los redactores de manuales, una filosofía desde posiciones abiertas y antidogmáticas, utilizando las últimas publicaciones y ediciones que aparecen en el mundo actual y no textos elaborados por académicos comunistas soviéticos de hace más de treinta años. Si no acudimos a algo tan sublime que nos pueda elevar espiritualmente acabaremos en el abismo.
La necesidad de investigar todo lo que nos rodea es algo inherente al hombre de todos los tiempos; el hombre actual no puede escapar a algo que es ley. Los regímenes totalitaristas no le dejan al hombre la posibilidad de cuestionarse las cosas, por el contrario, ante el temor del cultivo del intelecto pretenden presentarnos todo de la forma establecida por ellos, lo que debe ser aceptado, sin derecho alguno al cuestionamiento