LA HABANA.- La compañía Acosta Danza, fundada por el multilaureado bailarín Carlos Acosta, anunció ayer en rueda de prensa sus próximas presentaciones, que tendrán lugar en el Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso” durante los días 6, 7 y 8 de abril. Un programa de aliento contemporáneo, nombrado Encuentros, pondrá a disposición del públicos tres estrenos: Lost in dance y Mil años después, del coreógrafo japonés Saburo Teshigarawa; y Paysage, soudain, la nuit, del sueco Pontus Lindberg.
Las tres piezas fueron creadas especialmente para la compañía cubana que, fiel a su premisa de aprovechar las tendencias actuales de la danza mundial, cuenta con la colaboración de sus figuras más reconocidas.
Esta primera experiencia del maestro Teshigawara con Acosta Danza se enmarca en la jornada conmemorativa por el 120 aniversario de la migración japonesa a Cuba. En Lost in dance bailará acompañado de Rihoko Sato, una de las intérpretes asiáticas más premiadas y bailarina principal en la compañía Karas, fundada por el coreógrafo en 1985. Mil años después será ejecutada por la nómina de Acosta Danza, con música del compositor austríaco Alban Berg.
El coreógrafo sueco Pontus Lindberg ha tenido acercamientos previos a la escena cubana. En 2014 participó junto a su grupo —Pontus Lindberg Dance— en el Festival Internacional de Ballet de La Habana, y hoy regresa para entregar una producción de su autoría a la nómina dirigida por Carlos Acosta. Sobre Paysage, soudain, la nuit, subrayó: “se trata de una obra única para Acosta Danza, que es también una compañía única”.
Durante la preparación de la coreografía, Lindberg trabajó con los bailarines cubanos sobre el tema Paisaje con rumba, del maestro Leo Brouwer. La mezcla de estilos y emociones quedó plasmada en una recreación contemporánea del original, hecha por el compositor Stefan Levin y titulada Cuban Landscape. La escenografía corrió a cargo de Elizabet Cerviño, una de las artistas visuales más prolíficas del ámbito insular.
Con Encuentros, Acosta Danza arriba al segundo aniversario desde su salida a escena. Un lapso corto, pero suficiente para perfilar los derroteros estéticos de una compañía que parece inclinarse, resueltamente, hacia la danza contemporánea.