AREQUIPA, Perú – Los cabarets en Cuba han sido parte integral de la vida nocturna y cultural del país desde finales del siglo XIX.
En la esquina de San Miguel y Consulado, en La Habana, surgió el primer cabaret bajo el nombre de Carabanchel. Este edificio de tres plantas con 22 habitaciones y también apartamentos se convirtió en el night club pionero de la capital de la Isla.
No fue el único, antes de 1959 varios y famosos cabarets atraían a locales y visitantes por igual, convirtiendo la escena nocturna de la capital cubana, en una de las más bohemias y codiciadas del mundo.
En el barrio habanero Arroyo Arenas existió durante varias décadas del siglo pasado un centro nocturno tan famoso como Tropicana: el cabaret-casino Sans Souci.
Construido después de la I Guerra Mundial, llegó a ser muy popular en el mundo, y cogió especial auge en 1955, cuando asumió su administración el mafioso Lefty Clark, que estaba a cargo de prestigiosos casinos de Florida, Estados Unidos.
Lefty Clark reconstruyó el lugar y amplió su capacidad a más de 1.000 clientes. Además, se le agregó un techo de cristal, al estilo de Tropicana, para las noches de lluvia.
El Sans Souci, que viene del término francés “sans souci” (sin preocupaciones), tomó su nombre del Sanssouci, el palacio de verano de Federico II, en Alemania.
Durante los años 50 pasaron por el escenario del Sans Souci estrellas de la cultura cubana como Celia Cruz, Felipe Dulzaides, o el Cuarteto Las D’Aida, que hizo su primera grabación con la productora del lugar. Además, fue allí donde hizo su debut en centros nocturnos la vedette Rosita Fornés.
Considerado epicentro de la vida nocturna habanera y de gran fama también fuera de Cuba, el Sans Souci atrajo la atención de personalidades internacionales. Actuaron en el cabaret, entre otros, Frank Sinatra, Nat King Cole, Edith Piaff, Tony Martin, Kirk Douglas, Mario Moreno, Libertad Lamarque, Marlene Dietrich y Dorothy Dandridge.