MADRID, España.- La Iglesia del Santo Cristo del Buen Viaje, ubicada entre las calles Lamparilla, Villegas, Teniente Rey y Bernaza, en La Habana Vieja —aunque un poco alejada del centro histórico—, se encuentra junto a la Plaza de igual nombre, que surgiera como acuerdo del Cabildo habanero en 1640, a un costado de la ermita antecesora de la edificación existente hoy y donde terminaba el recorrido de las procesiones del Vía Crucis, que los viernes de cuaresma partían de la iglesia conventual de San Francisco.
La fachada actual de la iglesia del Cristo —como solo suele llamársele—, con sus dos torres octagonales, excepcionales en la arquitectura colonial insular, probablemente se levantó hacia 1760, y haya sido influenciadas por construcciones religiosas mexicanas, según recoge la historiografía nacional.
El nombre de Iglesia del Santo Cristo del Buen Viaje, cuya edificación es sencilla, con una entrada formada por un gran arco, proviene de la popularidad que alcanzó entre viajeros y navegantes. Se cuenta que allí los marineros hacían sus plegarias antes de comenzar las travesías.
En 1814 se estableció en la plaza un mercado con casillas de madera, que en 1836 el gobernador Miguel Tacón y Rosique mandó a hacer de mampostería y desde entonces se conoció como Mercado del Cristo el espacio que en diferentes épocas recibió otras denominaciones, como Plaza nueva y Plaza de las lavanderas. En 1865 se convirtió en parque.
Para 1932 en la iglesia se acometió una ampliación que incluyó, entre no pocos añadidos, una nave a cada lado de la existente, y grandes columnas toscanas que sostienen un arquitrabe corrido; por lo que las partes históricas se redujeron. Mientras en la plaza, en la década de los años cuarenta, se develó un monumento al poeta cubano Gabriel de la Concepción Valdés, Plácido, obra del escultor Teodoro Ramos Blanco.