MADRID, España.- José Antonio Fajardo (1919-2001), quien llegaría a ser considerado el mejor flautista cubano de todos los tiempos, se inició en este instrumento con solo 11 años de edad. Nacido en Guane, Pinar del Río, comenzó en la música como maraquero en la orquesta de su padre, Alberto Fajardo.
Siendo muy joven se mudó a La Habana, donde se unió a varias orquestas, entre ellas Romance Musical y Arcaño y sus Maravillas. Además trabajó en el cabaret Kursal, donde era pianista Dámaso Pérez Prado, “el rey del mambo”.
En 1949 fundó su propia orquesta, Fajardo y sus Estrellas, con la que se presentaría en los cabaret Montmartre y Tropicana.
En 1959 viajó a Nueva York, invitado por el Partido Demócrata de los Estados Unidos para tocar en el hotel Waldorf Astoria, como parte de la campaña presidencial de John Kennedy. En esa ciudad se radicó en 1961 y se convirtió en uno de los músicos más influyentes de la época.
Durante su carrera artística José Antonio Fajardo realizó giras por Japón, África, Colombia, Venezuela y Canadá. Entre sus composiciones más populares se encuentran “Aguardiente”, “Los tamalitos de Olga”, “Fajardo te pone a gozar”, “Ritmo de pollos”, “Ay qué pena me da”, “Boniato” y “Se puede vacilar”.
Calificado por la crítica latinoamericana como “El Flauta de Cuba”, al músico también se le reconoce como el primer director de una charanga en agregar el címbalo al timbal, así como por incorporar el cencerro y el bongó a la orquesta.
Su última actuación fue el 9 de junio de 2001, durante el espectáculo Cuban Masters-Los Originales, producido por Horacio García en el James L. Knight Center, de Miami.
José Antonio Fajardo murió el 11 de diciembre de 2001 a los 82 años de edad, en el Christ Hospital de Nueva Jersey, víctima de un ataque cardíaco.
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