LA HABANA, Cuba. – El 10 de agosto de 1950 nació de los rótulos del historietista estadounidense Charles Schulz uno de los perros de dibujos animados más queridos de todos los tiempos: Snoopy. Junto al niño Charlie Brown, el sagaz e inteligente ejemplar de la raza Beagle es protagonista de la tira cómica Peanuts, conocida en el mundo hispanoamericano con diversos títulos: Carlitos, Rabanitos o simplemente Charlie Brown.
Snoopy hizo su debut el 4 de octubre de 1950 como la mascota de Charlie, siendo en todo similar a los demás perros. Paulatinamente, su creador fue confiriéndole importancia dentro de la historieta y humanizándolo hasta redondear a la perfección la relación de amistad entre un niño y su perro. Contrario a sus congéneres, Snoopy camina en dos patas, expresa sus opiniones, entiende claramente a los humanos y usa prendas de vestir; su rol no solo se limita a ser el apoyo de Charlie. Snoopy también es leal y valiente, diplomático y compasivo.
A diferencia de otros perros de dibujos animados, no duerme en su casita porque es claustrofóbico. Ama la soledad ocasionalmente y prefiere pasar muchas horas junto a su amigo Woodstock, el canario que lo acompaña a todas partes.
La experiencia de Schulz durante la Segunda Guerra Mundial influyó mucho en la creación del mundo de Peanuts, donde jamás aparecen adultos. Cuando en una ocasión le preguntaron por la evidente humanización del personaje de Snoopy, él explicó que lo concibió así porque no quiso darle una vida miserable, una “vida de perro”.
Por tal motivo Snoopy es un perro independiente que adora a su dueño, pero no anda siempre detrás suyo. Tiene su propio espacio y a lo largo de las tiras cómicas nos ha hecho llegar interesantes reflexiones.
Como reflejo del ser humano, Snoopy sueña con otros horizontes. Quiere ser astronauta, aviador, escritor. Como mascota conserva la cualidad de ser la alegría de Charlie y su grupo de amigos, el epicentro de un caos feliz.
Hoy el adorable Beagle cumple 73 años, convertido en la mascota de la NASA, con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y un lugar especial en el corazón de grandes y chicos que aún se dejan conmover por la infinita ternura de Peanuts y sus personajes.