Ayumi Leiva: “Los primeros días fueron duros, pero no más que lo que vivía en Cuba”

La joven judoca escapó de una delegación cubana en 2022. Nacionalizada española el pasado año, ya ha dado dos medallas al país europeo.
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MADRID, España.-  A los 19 años, la judoca cubana Ayumi Leiva se vio obligada a tomar la decisión de huir de su país natal en busca de un futuro mejor. Cansada de la falta de oportunidades en el deporte cubano y de las condiciones en que entrenaba, aprovechó una escala en Madrid para pedir asilo político en España.

“Yo sabía que en Cuba no iba a tener el futuro que yo quería, no iba a tener las oportunidades que hoy tengo. Si yo quería llegar a donde he llegado hasta hoy tenía que salir de Cuba, tenía que buscar otro camino porque allí no lo iba a encontrar nunca”, dice Ayumi en entrevista con CubaNet.

Tras solicitar asilo en el aeropuerto de Barajas, Ayumi pasó un tiempo en una casa de acogida en Madrid. Pronto, su talento y determinación la condujeron al Centro de Alto Rendimiento de Judo de Valencia, donde actualmente entrena bajo la tutela de los exolímpicos Sugoi Uriarte y Laura Gómez.

Hace menos de un año, en 2023, Ayumi recibió la nacionalidad española, y ya ha demostrado su valía como judoca de élite, conquistando dos medallas de bronce en los Grand Slam de Antalya y Astaná, representando a España.

Con solo 22 años, Ayumi Leiva sueña con competir en los Juegos Olímpicos de 2028, pero sus miras ahora mismo están puestas en el Open de Madrid, a muy poco de comenzar.

En conversación con CubaNet, Ayumi cuenta su historia.  

Ayumi Leiva en competencia. (Foto: redes sociales)

—¿Cómo fueron tus primeros pasos en el judo?

—Comencé a practicar judo con ocho años. Al principio era un juego, pero después, cuando empezó a pasar el tiempo, mis entrenadores me decían que yo tenía mucho potencial, que era una niña muy buena y poco a poco, cuando fui creciendo, ganaba la mayoría de las competencias, y eso me motivó a seguir. Después veía a las judocas cubanas y quería ser como ellas, quería llegar a donde habían llegado y eso fue como otro impulso.

—¿Momentos más importantes que recuerdas de tu etapa como judoca en Cuba?

—La etapa de ocho a 12 años fue muy bonita. La recuerdo como si fuera hoy. Siempre tuve la motivación de mis entrenadores. También tuve la motivación de mi madre y de mi familia, que hoy por hoy aún la tengo. El momento más importante que recuerdo fue cuando quedé campeona nacional junior. Luego quedé dos veces consecutivas campeona nacional senior en la Copa Cerro Pelado.

— En 2022, decides escapar en una escala en Madrid rumbo al clasificatorio Panamericano Junior de Cali. ¿Qué te impulsó a tomar esta decisión?

—Yo sabía que en Cuba no iba a tener el futuro que quería, no iba a tener las oportunidades que hoy tengo. Si yo quería llegar a donde he llegado hasta hoy tenía que salir de Cuba, tenía que buscar otro camino porque allí no lo encontraba, no lo iba a encontrar nunca.

—¿Era algo que tenías planificado?

—Cuando me escapé, sí, lo tenía pensado, lo había estado planeando mucho tiempo antes. Lo había consulado con mi madre. Ella me decía que “para adelante, que no pasaba nada”, y siempre estuvo ahí conmigo. Yo había estado averiguando cómo eran las cosas, cómo tenía que hacer… Cuando hicimos la escala no lo pensé dos veces, me fui con una compañera, y pedimos asilo a la Policía del control de pasaportes del aeropuerto Barajas.

—¿Cómo afrontaste los primeros días en España?

—Los primeros días fueron muy duros porque no tenía familia aquí, estaba sola, pero no más duro que lo que vivía en Cuba, y nada, me acostumbré muy rápido. Al llegar pedí asilo político y estuve en una casa de acogida algunos meses en Madrid y la verdad que muy bien. Me daban dinero para comida, para ropa… Al poco tiempo me invitaron a Valencia a entrenar y me quedé aquí en Valencia, donde aún resido. Ahora mismo vivo en un piso cerca de donde entreno. Vivo con dos compañeras más del club.

—¿Cómo llegas al Centro de Alto Rendimiento de Judo de Valencia?

—Llego al Centro de Alto Rendimiento por los exolímpicos Laura Gómez y Sugoi Uriarte, que se pusieron en contacto conmigo y con mi amiga, con la que yo me quedé aquí. Laura nos invitó un par de días a entrenar. Vinimos y todo fue muy bien. Fueron muy buenos conmigo, y finalmente me quedé aquí con ellos. Siempre estaban pendientes de si me hacía falta algo, ropa para entrenar, si estaba bien, y eso era una de las cosas que yo veía muy bonitas, porque en Cuba nunca tuve esa afinidad con mis entrenadores. Con mis compañeros también todo muy bien. Poco a poco nos fuimos relacionando, y les he cogido mucho aprecio.

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Ayumi Leiva con sus compañeros de equipo de Valencia. (Foto: redes sociales)

—Llegaste a España hace casi tres años. ¿Cómo ha sido el proceso de adaptación tanto en lo personal como en lo deportivo?

—Los primeros meses me costó relacionarme, me daba un poco de vergüenza y sentía mucha tristeza porque mi madre no estaba conmigo. Nunca había estado tanto tiempo separada de mi madre. La extrañaba, la pasaba muy mal. Pero cuando llegaba a los tratamientos, pues, el ambiente de los compañeros y todo me sacaba de ese hueco en el que estaba metida. Y poco a poco los fui conociendo, me fui relacionando con ellos y bien. Ahora son como familia.

—En 2023 recibiste la nacionalidad española. ¿Cómo fue este proceso?

—Yo sabía desde un principio que se iba a demorar el proceso, pero tampoco tenía prisa por obtenerla. Al tiempo de estar aquí, que tenía ganas de competir, de salir, porque veía a mis compañeros que salían, competían, pues al final te entran ganas. Pero no tenía esa urgencia de “necesito la nacionalidad”, y confiaba en mis entrenadores, que estaban ayudándome con ese trámite.

—En tu primera competición oficial representando a España en abril pasado en el Grand Slam de Antalya (Turquía) conseguiste la medalla de bronce, triunfo que repetiste en Astaná recientemente. ¿Qué significó para ti?

—La primera medalla significa muchísimo para mí, muchísimo, significa todo lo que yo he pasado, todo el sufrimiento que tuve que pasar en Cuba para llegar hasta aquí. Significa estar lejos de mi madre. Yo digo que podré tener medallas más importantes, un campeonato del mundo, un campeonato olímpico, pero esta primera medalla siempre va a ser la más bonita para mí.

Ayumi Leiva, bronce en el Grand Slam de Astaná. (Foto: redes sociales)

—Has dicho en varias ocasiones que tu objetivo es competir en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028…

—Sí, mi sueño es competir en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Es algo que tengo muy claro desde hace mucho tiempo. Y aún no me estoy preparando para ese ciclo, porque no se ha terminado este, pero el ciclo que viene voy a dar lo mejor de mí en cada competición, en cada entrenamiento y siento que voy a lograr esa meta.

—¿Objetivos a corto plazo?

—La próxima competencia que tengo es el Open de Madrid, que comienza ahora el 8 de junio. Espero dar lo mejor de mí y que salga todo bien. Pero si no sale, estaré contenta igual. Voy a ir a disfrutar como me dice mi entrenadora, y que sea lo que Dios quiera.

—¿Qué diferencias has encontrado en los métodos de entrenamiento entre Cuba y España?

—He encontrado mucha diferencia. Siento que aquí son muy técnicos, demasiado técnicos. En Cuba no había tanta técnica. Nos ayudan muchísimo los entrenadores a perfeccionar las técnicas, las practicamos incluso los días entre semana, que en Cuba no. Aquí hacemos también mucho suelo, y en eso he mejorado un montón. Cuando llegué aquí no sabía nada de suelo. En pies también he mejorado y he aprendido técnicas que antes no hacía. Cada día aprendo algo nuevo.

—¿Cómo ves el futuro del judo femenino en Cuba?

—Bueno, en Cuba hay mucho potencial, hay atletas muy fuertes con mucho nivel. Lo que no hay recursos, y algunos entrenadores no te ayudan tampoco a avanzar, te meten mucha presión en las competiciones. Aquí en España es muy diferente porque la presión de la competición siempre la vas a tener, pero aquí los entrenadores te hablan, estudiamos los combates antes de salir a competir. Yo en Cuba, cada vez que tenía una competencia, me ponía demasiado nerviosa, tenía mucha presión y pensaba “no puedo perder, no puedo perder” y cuando entraba a combate, no daba lo mejor de mí. Aquí la entrenadora siempre me dice que vaya a disfrutar la competición, y al final eso es algo que cuando estás ahí te ayuda mucho.

—¿Qué mensaje darías a los jóvenes judocas cubanos?

—A los jóvenes judocas cubanos les diría que sigan avanzando poco a poco como se pueda, porque el potencial lo tienen, pero que no aguanten humillaciones de los entrenadores, que porque sean entrenadores no tienen por qué humillarte ni tratarte mal.

—¿Te pasó algo así a ti en Cuba?

—Sí, me trataban mal, me humillaban, me agredían verbalmente. Me trataban mal por pensar distinto. Si yo tenía un pensamiento que no era lo que ellos (los entrenadores) pensaban 100%, pues me agredían psicológica y verbalmente.

—¿Qué echas de menos de Cuba?

—Lo que más echo de menos de Cuba es mi madre. Todos los días hablo con ella, pero que no esté aquí, no poder celebrar una medalla con ella, por ejemplo, eso me afecta. Pero nada, la vida es una y hay veces que tenemos que afrontar cosas duras por el camino.

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Ayumi Leiva y su madre. (Foto: cortesía)

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