LA HABANA, Cuba.- A partir de la aprobación, por parte de ETECSA (el monopolio de las telecomunicaciones de Cuba), de la transferencia de saldo entre usuarios de telefonía móvil, han surgido en la isla nuevas formas de pago, anteriormente basadas solo en el efectivo, pero, además, nuevos negocios particulares cuyo fin es reconvertir el dinero virtual en moneda física.
Con el amplio mundo de las tecnologías digitales como centro de los servicios que ofertan, estas pequeñas empresas “clandestinas” han comenzado a florecer a partir del aprovechamiento del amplio abanico de limitaciones, exclusiones y escabrosidades que definen el “plan de aperturas” diseñado por el gobierno para dar la sensación de una puesta al día.
En esencia, estos nuevos negocios son implementados por personas con ciertas facilidades de acceso gratuito a internet y que deciden sacar provecho de sus privilegios en un país donde informarse, actualizarse, es algo muy cercano al lujo, como nos explica Miguel Alonso, un joven informático que conoce de estas cuestiones de primera mano:
“Las restricciones de acceso a internet son las que propician estos negocios que en su totalidad están en manos de personas que gozan de determinados privilegios en ese aspecto. Son gente con una buena conexión a internet ya porque trabajan en empresas del gobierno o porque son hijos o familiares de dirigentes que tienen internet a full en sus casas o algún pariente en el extranjero que les financia el negocio desde allá, de modo que son tipos a los que les conviene que Etecsa siga siendo un monopolio y cobrando 2 dólares la hora de conexión o que no se extiendan demasiado las redes wifi o que no existan convenios con empresas que brinden los mismos servicios que ellos venden.”
“Muchos de esos servicios, por no decir la mayoría, afuera son de carácter gratuito, como los correos Gmail, Yahoo y otros o la actualización de programas de computación y aplicaciones, la misma navegación libre desde el sitio Flexamail.com, desde un correo con salida internacional, es algo que se oferta de manera libre, sin embargo, ellos lo cobran, y, para no dar la cara, adoptan la transferencia de saldo como forma de pago. Ahí está el centro del negocio, la transferencia, porque después ellos venden el saldo a otros con promociones similares a las de Etecsa pero sin estar limitados a un periodo de tiempo. Puedes duplicar tu recarga en cualquier momento, solo tienes que contratarlos a ellos y no a Etecsa. Es un negocio buenísimo. Si algún día en Cuba la gente pudiera conectarse gratuitamente y en cualquier lugar, o acogerse a planes de telefonía móvil donde las llamadas cuesten menos o hasta sean gratuitas entre familiares, como sucede en cualquier país menos en Cuba, todos esos negocios se acabarían, de modo que la pregunta es si a los pocos privilegiados, dirigentes e hijitos de papá, les conviene un cambio verdadero o si harán todo lo posible por mantener esta situación donde conectarse e informarse es un verdadero lujo y ellos ganan miles de dólares con eso”, agrega.
Tener un correo con salida internacional, hacer una búsqueda en Google, cargar las actualizaciones para un antivirus o una aplicación, usar un servicio de internet por medio del correo, acceder a las redes sociales, o insertar un anuncio en Revolico.com, todo eso por medio del teléfono, son cosas gratuitas para cualquier usuario si tuviera una conexión normal, sin embargo, como nos explica Astrid ―estudiante universitaria que, gracias a la conexión gratuita de sus padres, funcionarios del gobierno, se ha convertido en “proveedora de correos de Gmail”―, estas “nuevas empresas” cobran como si fueran los dueños y no unos simples “facilitadores”:
“Yo no ofrezco un correo con salida internacional sino un buzón al cual el cliente accede por vía telefónica. Yo soy la que accedo a la cuenta, tengo la contraseña y descargo sus correos porque redirecciono la cuenta del cliente a la mía. Tengo varias ofertas, la más sencilla es de 5 dólares al mes y permite una sola conexión al día con el envío de un adjunto que no pese más de 300 kilobytes. Mientras más conexiones, más cobro, pero tengo un límite de clientes para poder dar un mejor servicio. Todo el pago es por transferencia de saldo que después yo vendo con ofertas y así convierto el dinero en efectivo. (…) Mi ganancia es total porque mi conexión a internet es gratis y sin límites de conexiones, es verdad que Google no cobra por abrirte un correo o diez o mil, Revolico no cobra por insertarte un anuncio pero yo cobro por facilitar esos servicios”.
Vivian, junto a otros estudiantes de informática, ha montado un pequeño negocio de “descarga de datos” que también cobra por transferencia de saldo de telefonía móvil y nos describe algunos aspectos de este singular fenómeno:
“Hay gente que tiene correo, pero solo de salida nacional, incluso hay quien tiene cuenta de Nauta pero no quiere gastar 2 CUC (peso convertible, equivalente a 0.80 dólares) en conectarse o no quiere ir a un punto wifi para bajar un pequeño video, un juego o un documento muy pesado, eso resulta demasiado caro. Yo por 1 CUC le puedo bajar 100 mb de información; también hay dueños de paladares o vendedores de ropa o casas de renta que necesitan insertar anuncios varias veces en el día en internet y en varias páginas para atraer clientes, ellos me transfieren mensualmente entre 5 y 10 CUC y yo me encargo de todo. Para poder ganar más, nos unimos varios amigos y así hemos ampliado el negocio, sobre todo para el problema de las transferencias porque solo se permite una al día”.
El límite de transferencias diarias de dinero entre móviles (una cada 24 horas) resulta un obstáculo para que la operación se extienda a otros negocios como forma de pago, sin embargo, ya comienzan a surgir los “bancos de saldo”, donde las personas reservan un pago con bonificación. Héctor, un joven que opera una de estas novedosas entidades financieras “alternativas”, nos explica en qué consisten:
“Todos los negocios que proveen correos o algún tipo de acceso a internet no son grandes negocios, a veces hay una sola persona detrás de ellos, aunque parezca una gran empresa, entonces el pago mediante saldo no es una opción porque ¿cómo conviertes esas transferencias en dinero de verdad?, porque solo le serviría para conectarse a internet o llamar a alguien, y esa persona ya tiene internet y gratis, lo que necesita es dinero real. Para eso cuentan con nosotros. Yo les proveo los números a donde sus clientes deben transferir, que son los números de las personas que solicitan mi oferta de recarga, que nada tiene que ver con Etecsa y que se puede hacer durante todo el mes sin esperar a las promociones. Tenemos promociones de 20 para 30, de 10 para 14 (CUC). Los clientes me dan el efectivo, yo cobro entre un 15 o 20 por ciento y todo el mundo gana. Ya yo tengo clientes fijos y eso es una ventaja, así que muchos me llaman [se refiere a quienes administran negocios de correo con salida internacional, descarga de datos y similares]”.
La necesidad de sobrevivir a la constante situación de desconcierto que define a la economía cubana ha ido creando en nuestra sociedad fenómenos de todo tipo que, lejos de dar esa sensación de avance o de arranque que algunos perciben por desconocimiento, alertan sobre cierto camino a la inmovilidad y a la resistencia frente a soluciones que deriven en verdadera apertura y normalización. Mantenerse eternamente en el estatus actual, sin avanzar hacia una verdadera puesta al día, pudiera ser el objetivo de esas empresas, extranjeras o cubanas, que han descubierto esos peligrosos filones de oro en medio del desbarajuste.