MADRID, España.- A finales de mayo pasado, Ailex Marcano Fabelo arribó a Miami, Estados Unidos. Ailex es madre de Ángel Jesús Véliz Marcano, uno de los presos políticos del 11 de julio de 2021 (11J) en Cuba, condenado a seis años de prisión por su participación en las protestas. Reconocida por su activa lucha por la libertad de los presos políticos en la Isla, Ailex se vio forzada a exiliarse para proteger su vida y la de su hijo. En una entrevista exclusiva con CubaNet, compartió su historia, lo que tuvo que padecer y su inquebrantable vínculo con Ángel Jesús.
Desde su llegada a Estados Unidos, al igual que hacía en Cuba, Ailex Marcano no ha cesado en denunciar la injusticia que sufren su hijo y otros presos políticos. “Seguimos adelante con nuestras denuncias, con nuestros testimonios. Porque no podemos callarnos, no podemos cansarnos y tenemos que seguir denunciando”, afirmó. La madre describe la situación como una tortura tanto para los presos como para sus familiares, quienes viven en una agonía constante. “Nuestros hijos sufren una injusta sentencia, que están cumpliendo ya casi tres años de prisión, y eso es algo inhumano, algo que yo considero una tortura tanto para ellos como para las madres, los padres, los hijos, los familiares de esos presos políticos que vivimos en una agonía permanente en ese sufrimiento que es indescriptible”, añadió.
Sobre el impacto emocional del exilio explica: “Gracias a Dios, estoy bastante bien, ya recuperándome de esa difícil situación que fue dejar a mi hijo allí en esas condiciones en prisión”. La separación ha sido “lo más difícil y doloroso” que ha vivido. “Es muy triste, es inexplicable lo que siente una madre, al verse obligada por el pedido y la solicitud de un hijo a abandonar el país”.
La decisión del exilio
La decisión de exiliarse no fue suya, sino de su hijo, Ángel Jesús, quien pidió a la Seguridad del Estado una visita extra para solicitarle a su madre que se fuera de Cuba hace más de un año. “Mi hijo le pidió a la Seguridad del Estado una entrevista conmigo, una visita extra para pedirme que abandonara el país”, recuerda Ailex. Ángel Jesús no podía cumplir su sentencia con la constante preocupación de que su madre fuera arrestada o maltratada. “Él me decía, mamá, te tienes que ir porque si no yo voy a tomar medidas, no me vas a venir a ver más, no voy a aceptar más una visita, no voy a hacerte llamadas”.
En una visita a la prisión Kilo 9, Ailex fue arrestada frente a otros familiares de presos. “Me arrestaron allí en el ranchón donde estábamos en espera… me llevaron para el centro provincial de Seguridad del Estado Villa María Luisa y allí fue horrible”, describe. Ailex soportó humillaciones y torturas psicológicas, acusada de ser responsable de las dificultades que su hijo enfrentaba en prisión. “Me hicieron una requisa, me dijeron que tenía que desnudarme, tuve que desnudarme, no sabía quiénes me pudieran estar viendo, pero yo mantuve la calma”.
“Ellos querían desestabilizar mi estado emocional para provocar en mí una indisciplina, un delito de desacato y dejarme ya presa. Como no lo lograron, me tuvieron casi alrededor de dos horas en esa entrevista acusándome”, recuerda.
Una amiga católica le ayudó a gestionar un parole humanitario para Ángel Jesús, pero las autoridades cubanas impidieron que esto se concretara. “Ellos no me dieron la posibilidad de que mi hijo entrara a internet para terminar esa aplicación de poder venir para los Estados Unidos, ellos no me lo quisieron dar… es propio de las dictaduras”.
“El parole humanitario de Ángel Jesús está activo todavía, le dieron una prórroga y el régimen cubano no le ha permitido la salida”, agrega.
“Esa misma amiga que le puso el parole humanitario a Ángel Jesús, me dice, ‘Aile mira, nosotros lo que tenemos que buscar es que Ángel Jesús esté tranquilo, y una de las formas es que él sepa, y no se le puede mentir, que se te puso un parole a ti y a tu papá’. Yo le decía que nunca iba a abandonar a mi hijo, ni dejarlo en esas circunstancias, y ella me decía, ‘pero en lo que se espera el resultado, va transcurriendo el tiempo, y logramos que Ángel Jesús esté tranquilo, que es el objetivo de nosotros, y bueno, así lo hicimos’.
“El permiso de viaje se vencía el primero de junio. Yo siempre le negué a mi hijo que a mí me habían aprobado el parole. Y ellos (las autoridades) se ocuparon de hacerle saber a Ángel Jesús que yo tenía un parole humanitario aprobado. El día de las madres fue terrible para mí, perdí la voz, no podía comunicarme con Ángel Jesús, que me decía que me tenía que ir, que me tenía que ir, que si no, él iba a cumplir lo que me había dicho la primera vez, de que no iba a aceptarme más en una visita, ni iba a hacerme llamadas. Todo esto fue muy grave para mí, muy doloroso, escuchar a mi hijo en esta postura”.
La Despedida
A pesar de su negativa inicial, Ailex finalmente aceptó el exilio por el bien de su hijo, quien le había dicho que no aceptaría más visitas ni llamadas si ella no se iba. “Fue algo que yo no esperaba, yo me afecté mucho psicológicamente, no pensaba escuchar eso, nunca de mi hijo”.
La despedida en la prisión fue desgarradora. “Fue algo inexplicable, muy doloroso para mí… Fueron cuarenta minutos que a mí me parecieron cinco. Ángel Jesús me dice: ‘Mamá, tú te vas a ir y me toca a mí decírtelo, te vas a ir porque soy yo quien te lo pide, tu único hijo y por mí has dado todo aquí, ya yo no quiero que se burlen más de ti aquí, yo no quiero que te pase nada aquí por mí'”.
“Mi corazón parecía que iba a fallar, que se iba a parar, mi hijo se para y me abraza y nos abrazamos fuertemente. A mí me dio por rezar, por rezar en altavoz ahí frente a los oficiales, el padre nuestro, el Ave María. Cuando terminé de rezar, mi hijo me dio un beso en la frente, y nos miramos y obviamente tuvimos que llorar. (…) Y entonces lo único que pudo hablar fue: ‘mamá dale un beso a mi abuelo’, fue lo único porque ya le fallaba la voz, no podía hablar. Y yo le dije, ‘¿entonces yo me tengo que ir?’ y él me dijo: ‘tú nunca te vas, mamá, tú nunca te vas'”.
Ailex Marcano se encuentra ahora en Estados Unidos, trabajando para regularizar su estatus legal y adaptarse a su nueva vida. “Estoy en espera de lo del estatus legal, bueno, del legal lo voy a tener después del año y un día, pero bueno, de estar ya en sintonía con todas las reglas y leyes de aquí”, explica. La madre confía en que la verdad prevalecerá y que la libertad llegará a su país. “La verdad siempre triunfa”, asegura.
“Deseo la libertad de mi país y sobre todas las cosas, la libertad de mi hijo y de todos los presos políticos. Para así lograr la libertad de nuestra isla”.
Ailex Marcano no tiene planes de regresar a Cuba mientras esté el régimen. “Yo pienso que nunca me van a dejar entrar a Cuba. Aparte de que si yo me dejé guiar por mi hijo, me dejé llevar por las circunstancias, por inercia hice lo que hice, yo ahora tengo vergüenza de volver a pisar tierra cubana. Yo nunca más voy a entrar a Cuba, así Cuba logre la libertad, yo jamás voy a entrar”, afirma.
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