LA HABANA, Cuba. – Se acaba de celebrar la 22 edición de la Feria Internacional Agroindustrial Alimentaria FIAGROP 2019, en su sede habitual de Rancho Boyeros, en las afueras de La Habana.
El evento contó con la participación de empresas estatales, cooperativas, productores individuales, así como expositores de varias nacionalidades. Aunque el objetivo central de la muestra fue la ganadería, también hubo espacio para otros productos de la industria alimentaria, y del grupo empresarial azucarero AZCUBA.
Por supuesto, las autoridades cubanas aprovecharon la presencia foránea para promover la exportación de varios rubros de los referidos sectores productivos y, sobre todo, para dar a conocer una vez más la Cartera de Oportunidades con la que pretenden atraer la inversión extranjera a la isla. Para ese fin se organizaron rondas de negocios, conferencias, talleres y otras actividades.
Para el cubano de a pie, además del acceso a algunos espacios recreativos, como los famosos rodeos, y a la presencia de quioscos con prendas propias de vaqueros y otras artesanías —a precios casi prohibitivos para el bolsillo promedio—, la asistencia a la Feria de Rancho Boyeros le permitió entrar en un mundo virtual, alejado de las penurias que enfrenta a diario.
Allí se topó con hermosas vacas de la raza Holstein, de las que se obtiene una leche de gran calidad; con gallinas ponedoras L33 y L84, con una producción de más de 300 posturas al año; con conejos de todas las razas; cerdos bien alimentados y saludables, variedades de caballos, chivos y otras especies. Es decir, un contexto en el que se podría imaginar la abundancia de leche, carne, huevos y otros alimentos de primera necesidad.
Sin embargo, no más traspasar la puerta de salida de la Feria, y ya el ciudadano común se enfrentaba con la dura realidad. La venta liberada de huevos no existe desde finales del año anterior, y a duras penas se oferta lo que corresponde a la cuota racionada; la carne de res es casi desconocida para el cubano de a pie, mientras que la libra de bistec de cerdo alcanza precios astronómicos; y la leche, por su parte, prácticamente se halla desaparecida de los mercados, incluso de los que comercializan en divisas.
Si nos atenemos a las informaciones que trascienden en reuniones y otros cónclaves oficiales, el panorama alimentario tampoco es alentador. Por ejemplo, la agricultura decreció en el 2018 un 4,9% con respecto al 2017; la caída de la industria azucarera fue aún mayor, con un descenso del 43,7%; se mantienen las tensiones con la alimentación de la masa avícola y porcina por incumplimientos en la producción nacional de harina de soya y maíz, así como la no llegada de las materias primas necesarias; y en el reciente balance de la labor del Ministerio de la Industria Alimentaria se conoció de otros planes incumplidos, como los del aceite vegetal refinado, el yogur de soya, el café torrefaccionado, la harina de trigo, la cerveza, y las capturas de pescado. A propósito, también ha trascendido que el consumo percápita anual de pescado en la isla, que alcanzó los 16 kg en 1989, ahora llega solo a los 4,3kg. Por otra parte, las capturas de la langosta y el camarón, destinadas fundamentalmente a la exportación, en los últimos cinco años se han reducido en un 65 y 90%, respectivamente.
La Feria de Rancho Boyeros, en fin, sintoniza perfectamente con el ambiente de cine que se respira por estos días en ocasión del 60 aniversario del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). Podría clasificar como una excelente película de ciencia ficción.