GUANTÁNAMO, Cuba. – La Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) aprobó el texto definitivo de la Constitución que será sometida al voto popular el 24 de febrero del 2019.
Al exponer sus consideraciones sobre el documento, el señor Homero Acosta Álvarez, Secretario del Consejo de Estado, habló sobre los artículos del Proyecto de Constitución más debatidos por la población, entre ellos el matrimonio igualitario, la edad límite para ocupar el cargo de Presidente de la República, la forma de elección de dicho cargo, la extensión de su período de mandato y la designación del Gobernador provincial, entre otros.
Acerca de la irrevocabilidad del socialismo y el papel del Partido Comunista como fuerza superior de la sociedad no informó cuántos ciudadanos los cuestionaron, aunque sí ocurrió.
Siguiendo a la fraseología comunista
El señor Homero Acosta Álvarez también hizo hincapié en las presuntas “bondades” de la dictadura cubana y el carácter democrático del proceso que acaba de concluir.
Para ser honestos, el proceso que acaba de terminar ha tenido un solo momento democrático, el de la consulta popular, y ha sido una democracia a medias. Porque si bien es cierto que muchos ciudadanos asistieron a las reuniones y expresaron sus criterios sobre el Proyecto de Constitución, también lo es que las opiniones contrarias a los intereses de los comunistas, que incidían sobre artículos en extremo importantes como los referidos a la irrevocabilidad del socialismo, la imposición del sistema de partido único, la igualdad ciudadana, la elección del Presidente de la República y los Gobernadores provinciales, no han sido tenidas en cuenta y se desconoce qué método fue el utilizado para evaluar y desestimar tales opiniones.
Democracia a medias porque la redacción del texto del Proyecto de Constitución y del documento definitivo fue hecha por comunistas que excluyeron de un proceso tan importante a otras fuerzas políticas cubanas y porque la aprobación de ambos documentos fue hecha por la ANPP, una instancia de poder conformada únicamente por comunistas y varios dóciles asalariados del pensamiento oficial, según la frase del argentino del gatillo alegre. En tales condiciones hablar de democracia es un insulto a la inteligencia. Si bastara una sola prueba esta es que la discriminación por razones políticas ha sido ratificada como uno de los fundamentos de la dictadura comunista al no ser incluida como una de las acciones lesivas a la dignidad humana en la nueva Constitución.
En otro momento de su exposición, el señor Homero Acosta Álvarez expresó, refiriéndose al artículo que regula la presunta libertad de prensa existente en Cuba: “No se puede coartar el derecho a la libertad de prensa”. Como razón principal para sostener su criterio adujo el avance incontenible de las tecnologías de la información. Pero si fuera cierto que los comunistas cubanos respetan la libertad de prensa, información y expresión, ¿por qué censuran a los medios de la prensa independiente?, ¿por qué hostigan, discriminan, reprimen y detienen ilegalmente a los periodistas independientes y les roban sus pertenencias?, ¿por qué obstaculizan la libre recepción de las señales de Radio y TV Martí? ¿Por qué detienen a los opositores pacíficos que se expresan públicamente en contra de la dictadura comunista?
Por su parte, en el discurso de clausura del Segundo Período Ordinario de sesiones de la 9na legislatura de la ANPP, el señor Miguel Díaz Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, afirmó que el texto constitucional refuerza el papel decisor del pueblo. ¿Realmente es así?
¿Qué le ofrece al soberano la nueva Constitución?
Lo que la nueva Constitución le ofrece al soberano es más de lo mismo porque reafirma la existencia de una dictadura de partido único y la discriminación política. También continúa privándolo del legítimo derecho de participar en el gobierno del país al no permitirle elegir a las personas que deben ocupar los principales cargos del gobierno y el Estado, una flagrante violación del artículo 21 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo articulado, de forma íntegra, debió ser incorporado a la Constitución y no fue así.
Según la nueva Constitución el pueblo cubano no será quien elija al Presidente de la República, ni al del Consejo de Estado, ni al Primer Ministro, ni al Gobernador Provincial, ni al Presidente de las Asambleas Municipales del Poder Popular, ni a los jueces y fiscales de sus respectivos territorios. Al único funcionario de la estructura estatal al que puede elegir el pueblo es el que menos poder tiene y por tanto nada resuelve ni representa, me refiero al delegado del Poder Popular, un verdadero correveidile del sistema. ¿De qué soberanía hablan los comunistas?
Refiriéndose a quienes propusieron que la elección del Presidente de la República se hiciera directamente, Homero Acosta Álvarez dijo que nuestro pueblo debía defender sin complejos la forma de elección de ese cargo en Cuba porque sólo podía ocuparlo un ciudadano previamente electo como diputado. Añadió que había muchos países en el mundo que no elegían a su presidente directamente, lo cual es una verdad a medias porque en esos países los parlamentos no son monopartidistas sino respetuosos de la pluralidad política y sus diputados son elegidos directamente por el pueblo en procesos verdaderamente democráticos. El señor Homero ocultó que esos parlamentos, al quedar conformados por diferentes fuerzas políticas, sí representan al pueblo y no a una parte de él como ocurre en Cuba. Tampoco dijo el señor Homero que los diputados cubanos son seleccionados “a dedo” por una comisión de candidatura controlada por el partido comunista y que más de la mitad de los que componen la ANPP ni siquiera son delegados electos en las circunscripciones. Tampoco dijo que muchos de esos diputados llevan veinte años o más en ese puesto sin haber visitado jamás las zonas que dicen representar.
En tales circunstancias es una burla extraordinaria hablar de democracia, respeto a los derechos civiles y políticos y afirmar que el nuevo texto constitucional reafirma el poder decisor del pueblo.