MIAMI, Estados Unidos.- En su extraordinaria novela póstuma Mapa dibujado por un espía, Guillermo Cabrera Infante, atrapado en Cuba durante los tormentosos años sesenta, poco antes de escapar al exilio, hizo una de las más acuciosas crónicas del derrumbe meticuloso y taimado provocado por el castrismo.
A la larga, esa fue la isla que nos legó el régimen: inoperante, fracasada, indigente. Las mismas carencias anunciadas en la novela, como la falta de agua fría y otras bebidas y alimentos en las cafeterías emblemáticas de La Habana, como el Carmelo de la Calle Calzada, se abrieron paso en décadas subsiguientes hasta nuestros días.
La llamada “ofensiva revolucionaria” se llevó en la golilla los últimos rastros que sobrevivían de negocios en manos privadas.
La hoja de ruta de la hecatombe cubana en los servicios gastronómicos más elementales se trazó en un discurso totalmente arrebatado y delirante del dictador Fidel Castro, pronunciado en la escalinata de la Universidad de La Habana el 13 de marzo del año 1968.
Sirvan algunas citas de la incendiaria arenga, ciertamente disparatada, rayana en lo surrealista, para revelar el culpable de 62 años de infamia y ruina que el pueblo cubano se aboca a terminar.
“Subsiste todavía una verdadera nata de privilegiados, que medra del trabajo de los demás y vive considerablemente mejor que los demás, viendo trabajar a los demás. Holgazanes, en perfectas condiciones físicas, que montan un timbiriche, un negocito cualquiera, para ganar 50 pesos todos los días, violando la ley y violando la higiene, violándolo todo, mientras ven pasar los camiones de mujeres a trabajar al Cordón de La Habana o a recoger tomate en Güines o en cualquier parte.
“Por ejemplo, en La Habana quedan, en esta capital de la República, ganando dinero a troche y moche, consumiendo de todo, 955 bares privados. Y ciertamente, bares, mientras menos queden, privados o públicos, mejor.
“Resultado del estudio realizado en los bares privados: ilegalidad en la compra de bebidas alcohólicas, mala actitud revolucionaria tanto de los dueños como de los empleados, clientela antisocial, mal servicio a la población.
“Recomendaciones: Deben ser intervenidos o cerrados. Al intervenirse no deben seguir funcionando como tales.
“En los datos obtenidos sobre puestos de fritas y otros timbiriches análogos, se pudo apreciar a través de los informes que un gran número de individuos que intentan dejar el país realizan este tipo de negocio, que al mismo tiempo que les producen abundantes entradas les permiten establecer relaciones continuas con lumpen y otros elementos antisociales y contrarrevolucionarios.
“El porcentaje mayor de no integrados a la Revolución corresponde a los dueños de puestos de fritas, donde de 41 individuos que consignaron el dato, 39, es decir, 95.1% era contrarrevolucionario.
“La conducta moral y social que va aparejada con la actitud revolucionaria fue valorada en la encuesta de los timbiricheros, donde de 18 individuos que consignaron el dato, 18 eran elementos antisociales y amorales.
“Análisis específico de los friteros. En este trabajo se estudiaron en forma especial un grupo de timbiricheros e individuos que realizan la venta de fritas y otras materias alimenticias. El producto más vendido es la tortilla, generalmente pan con tortilla de huevo. De los 50 establecimientos investigados se expendían tortillas en 43, esto se concibe por la fácil adquisición del producto.
“Le sigue en segundo lugar la venta de croquetas y minutas de pescado, y después las fritas. En menor número se expende papas rellenas, frituras y sardinas. En otros incluimos camarones, pescados, calamares, hamburguesas, guarapo, cigarros y fósforos, batidos, dulces, café, refrescos.
“Características de la explotación. El 46% de los propietarios trabaja por cuenta propia; pero existe otro 44% que posee empleados a sus órdenes, y en ocasiones el dueño no trabaja personalmente, sino que pasa solo a recaudar el importe de la venta. Un 40% tiene el puesto en arriendo, pero además explotan empleados.
“En relación con la procedencia de la mercancía, el 18%, se abastece en forma ilegal que va desde la compra de materia prima en bolsa negra hasta el robo de manteca en panaderías y trasiego ilegal de aceite de las bodegas, aun bodegas estatales. Otros se abastecen en el campo, comprando los productos a sobreprecio. El tipo más común de obtención de mercancía es mixto, utilizando los canales legales, así como la compra ilegal.
“Recomendaciones: prohibición absoluta por el MININT, el MINSAP, y el Poder Local de la apertura de nuevos establecimientos de este tipo. Debe irse a la supresión gradual de estos tipos de comercio, garantizando al pueblo mediante el Poder Local y el MININT el establecimiento de alimentos similares con una mayor calidad e higiene.
“¡Señores, no se hizo una revolución aquí para establecer el derecho al comercio! ¿Cuándo acabarán de entender que esta es la Revolución de los socialistas, que esta es la Revolución de los comunistas? ¿Cuándo acabarán de entender que nadie derramó aquí su sangre luchando contra la tiranía, contra mercenarios, contra bandidos, para establecer el derecho a que nadie ganara, vendiendo ron, 200 pesos, o 50 pesos vendiendo huevos fritos o tortillas.
“De manera clara y terminante debemos decir que nos proponemos eliminar toda manifestación de comercio privado, de manera clara y terminante.
“Hay que decir que no tendrán porvenir en este país ni el comercio ni el trabajo por cuenta propia ni la industria privada ni nada”.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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