LA HABANA, Cuba.- Hace apenas unos días, en medio del oscuro escenario que vive Cuba con respecto a la alimentación del pueblo, donde la población carece de los principales productos para vivir y las tiendas continúan con sus anaqueles vacíos, se ha sabido a través de la prensa castrista que, desde hace varios años, en las escuelas del país la asignatura Historia de la Revolución Cubana está en crisis por la cantidad de desaprobados que sufren las escuelas cada curso.
Se preguntan muchos, y la respuesta es tan clara como el agua: las mentiras y exageraciones que con el tiempo ya se conocen, precisamente sobre la etapa revolucionaria durante el gobierno de Fulgencio Batista, no convencen ni al más ingenuo o comprometido de los estudiantes.
Los libros escritos por profesoras en los años 2000, y los resultados de los mismos, nos hacen saber que algo muy malo está pasando con la historia contada por Fidel Castro y su hermano menor a través de cientos de miles de discursos políticos, de donde se han extraído las historias para dichos textos.
El prefacio del segundo libro de Historia de Cuba correspondiente al sexto grado, donde los estudiantes tienen una edad promedio entre 11 y 12 años, dice claramente que “se trata de un arma para los alumnos con la que podrán ganar numerosas batallas a la ignorancia y el desconocimiento en beneficio de la Revolución”.
Sin embargo, la información brindada por la prensa nacional entre 2019 y 2020 delata claramente los altos porcientos de desaprobados en los exámenes de convocatorias para aspirar a estudios superiores, con relación a la Historia de la Revolución castrista, “uno de los índices más bajos de los últimos años”.
Esa misma prensa revela que un grupo de profesores entrevistados en la Universidad de Ciego de Ávila declararon que tales índices son la consecuencia del rechazo que hacen los estudiantes a dicha materia. Incluso alegan que “un sondeo en el preuniversitario Honorato del Castillo, de Sancti Spíritus, calificó la asignatura como muy aburrida y sus contenidos se catalogan de muela y no te hacen pensar”, …se trata de un secreto a voces que desde hace años preocupa a muchos: la enseñanza de esa asignatura presenta varias imperfecciones, a pesar de que el Ministerio de Educación (MINED) ha trabajado una estrategia que intenta formar conocimientos “históricos” desde los primeros años, aunque para algunos profesores, según Juventud Rebelde, “esto se debe a un divorcio entre el programa de estudios y la manera de aplicarlo”.
¿No será que resulta muy difícil continuar con tantas mentiras en dichos libros? Se sabe, por ejemplo, que el asalto terrorista al Cuartel Moncada, a donde casualmente Fidel Castro no pudo llegar porque se perdió por las calles de Santiago, fue un verdadero crimen ya que se llevó a cabo mientras dormían los militares de madrugada; se sabe que la Policía no le sacó ningún ojo a Abel Santamaría como se ha dicho durante décadas; que jamás Batista tuvo 20 mil víctimas, invención del periodista Enrique de la Osa, que ebrio lo confesó ante sus colegas de Bohemia; que las pocas batallas de los Castro en la Sierra Maestra fueron en realidad escasas escaramuzas, realizadas de lejos, en medio de la noche y por sorpresa; y que el dinero prestado por la URSS para el desarrollo de Cuba se utilizó para armar guerrillas en países democráticos que traficaban drogas, y no para beneficio del país.
Muchas preguntas se hacen los estudiantes acerca de ¿por qué nunca se ha realizado un plebiscito, o elecciones generales directas, para saber qué parte de la población está de acuerdo con el socialismo del fracasado régimen desde hace sesenta años? ¿Por qué en realidad se fusiló a Arnaldo Ochoa, Héroe de la Patria, en 1989? ¿Acaso se dice en ese libro de Historia que fue Fidel Castro quien pidió a Nikita Khrushchev que iniciara una tercera guerra mundial, en la que el pueblo cubano habría desaparecido en minutos, o de qué exactamente murió Fidel Castro aquella noche del 25 de noviembre de 2016?
Precisamente, poco antes de la pandemia y el hambre que afrontamos los cubanos de la Isla, el señor Bienvenido González, jefe de Capacitación del Ministerio de Educación, destacó que los 172 mil estudiantes de las escuelas politécnicas de Educación Técnica y Profesional afrontan no pocos obstáculos para dar respuesta a los requerimientos del desarrollo económico del país, puesto que se complejiza su base material de estudio ante la falta de recursos que esta enseñanza requiere y que Cuba no puede adquirir: máquinas, herramientas, literatura actualizada, acceso a Internet, reactivos para los laboratorios de ciencias y, sobre todo, el mantenimiento de sus 430 centros escolares.
Sin embargo, a pesar de este triste panorama, hace apenas unos días la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) resaltó el liderazgo de Cuba en materia de Educación, y reconoció los logros del Gobierno castrista para garantizar una educación de calidad.
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