LA HABANA, Cuba/MIAMI, Estados Unidos.- El doctor Andrés de 67 años, desde los nueve quiso ser psiquiatra. Capaz de hacer cualquier sacrificio por cumplir su sueño, negó públicamente sus creencias religiosas para entrar a la Universidad de Ciencias Médicas en Cuba.
“Si en Cuba me hubiera ido mejor, estaría allí”, dice Andrés convencido de que no regresará. “Allá tenía el estrés de no ostentar afiliación política y me obligaban a plegarme. Aquí es el sustento, pero se logra”.
Renunció a su sueño para llegar a EEUU, a la edad de 55 años. Trabajó en parqueos y nunca dijo no a los trabajos que se le presentaron. Una agencia que ofrece ayuda a profesionales desvinculados le facilitó los estudios y posteriormente su ubicación laboral en el área de la salud. Trabajó como asistente de enfermería y psicoterapeuta. En la actualidad se desempeña como Case Manager (administrador de casos médicos), devengando un salario que le permite mantener su casa en la Florida.
Los médicos cubanos que emigran a EEUU encuentran múltiples opciones para superar el estatus económico que, como profesionales, tenían en Cuba. Sin embargo, es muy bajo el índice de quienes logran continuar la práctica médica insertados en el sistema de salud estadounidense.
Solidaridad Sin Fronteras (SSF) es una organización fundada en el 2004 para ayudar a profesionales de la salud graduados en el extranjero, a revalidar sus títulos superando los tres exámenes requeridos por el sistema estadounidense. Julio Cesar Alfonso, presidente de SSF, explicó a CubaNet cómo su organización interpreta el tema.
“En EEUU existe un déficit de unos 165 mil doctores que aumentará hacia el 2025. Podría asegurar que más del 80% de los médicos sobrepasa los 60 años de edad (…) Esto es un problema serio y estamos trabajando en la Florida para darle solución con los médicos graduados en el extranjero.”
En cuanto a los médicos cubanos, el presidente de SSF explicó que en los últimos 12 años han llegado unos 10 mil médicos cubanos a EEUU, y se estima que pocos han llegado a ejercer la profesión como médicos.
“La cifra exacta no te la puedo decir, pero se calcula que menos del 1% de los profesionales médicos cubanos sean los que hacen la reválida con el periodo de residencia para ejercer como profesionales.”
Quienes logran reubicarse como médicos en EEUU se llevan el mérito de haber atravesado la puerta de un sistema de salud cuya política prioriza la selección por encima de la necesidad de cubrir el déficit de facultativos, que tiende a aumentar debido al envejecimiento de los profesionales, el alto costo de los estudios de Medicina y la creciente demanda de los servicios de salud.
Las barreras de la emigración
El idioma es el primer obstáculo al que se deben enfrentar los médicos cubanos cuando llegan a los EEUU. La mayoría de los doctores entrevistados para este reportaje lamentan el bajo nivel de inglés que se imparte en el Instituto de Ciencias Médicas de Cuba, en comparación con el que muestran los colegas graduados en otros países.
Otras limitaciones se manifiestan en las diferencias académicas entre la enseñanza estadounidense de Medicina y la cubana, esta última muy desactualizada, lo cual exige a los médicos de la Isla un intenso proceso de actualización.
Al llegar a un país extraño, la necesidad de encontrar trabajo para ganar el sustento y el desconocimiento de las vías para insertarse en un sistema de salud diferente, son algunas de las razones que llevan a la desactualización profesional, uno de los principales puntos que marcan la competitividad en EEUU.
Por su experiencia en la creación del programa de auxilio para reválidas médicas, el doctor Julio Cesar Alfonso considera que el encuentro del emigrante con una nueva realidad es uno de los principales obstáculos.
“Está la cuestión financiera, la revalidación es altamente costosa. Un periodo de reválida completo de un médico extranjero dentro de EEUU puede costar entre 30 y 60 mil dólares, es una cifra alta para una persona recién llegada al país (…) También existe una sutil discriminación a la hora de hacer la residencia, son muy estrictos con el idioma. Basta que tengan un acento hispano”.
Sin embargo, aprobar el Examen de Licencia Médica de los Estados Unidos (USMLE, por sus siglas en inglés) no es el paso más difícil para los médicos graduados en la Isla. El sistema estadounidense de Salud exige al menos un año de residencia médica en centros hospitalarios del país antes de aprobar la licencia para ejercer como médico independiente en una especialidad. Mónica, doctora cubana, superó los exámenes requeridos en dos años; pero en la actualidad lleva cinco en posesión del título sin poder ejercer, pues no ha encontrado un lugar en la Florida donde hacer su residencia.
“Yo tengo todo listo”, dice Mónica y añade: “te encuentras en competencia con los jóvenes que se gradúan aquí, también con buenas notas en la escuela norteamericana de medicina, habituados a todo el sistema, rotaciones en distintas especialidades, y se hacen más competitivos que tú”.
Los hospitales ofrecen pocas plazas para realizar las residencias, que son ocupadas por quienes cursaron estudios en el país. Se estima que el 95 por ciento de los médicos graduados en los EEUU consigue la residencia, en contraste con un 51 por ciento de los graduados en el extranjero.
Los años de experiencia no forman parte de las ventajas para obtener una residencia. La Dra. Mónica, graduada en 1999, explicó que hay programas de Medicina a los que no se puede acceder porque exigen menos de cinco años de graduado. Un médico licenciado hace 15 años que se encuentra optando por una residencia, genera muchas dudas acerca de su capacidad profesional, pues lo normal es que sean los jóvenes egresados quienes apliquen para esos programas.
A pesar de los inconvenientes, Mónica aspira a pagar una rotación de 6 meses para que valoren su desempeño. Para hacerlo debe buscar un hospital con horario flexible que le permita mantener su actual trabajo de Case Manager. Es un enorme sacrificio, pero la doctora se mantiene optimista.
Apéndices cubanos en el camino
El primer paso de un médico graduado en el extranjero es acudir a una oficina de abogados acreditados para traducir y homologar su título profesional. Este requisito inicial abre una ventana de posibilidades para los graduados de la salud en Cuba.
El estatus de equivalencia que permite comenzar la carrera de homologación, ofrece opciones para empleos en áreas de la Medicina, una vez aprobados los cursos pertinentes. Entre las alternativas bien remuneradas y más demandadas por el personal de la salud cubana figuran: Case Manager, asistente médico, flebotomistas, asistente quirúrgico, asistente de enfermería, terapeutas y otras especialidades técnicas.
Quienes desean continuar hacia la especialización deben remitirse a la Comisión Educativa para Graduados Extranjeros (CEGE), que a su vez solicita al país de procedencia la información del programa de estudios del solicitante.
Dicho trámite se encarece notablemente para los cubanos, pues el gobierno de la Isla se niega a emitir la información del programa de estudios y la certificación de notas vía correo electrónico. Los interesados entonces se ven obligados a realizar la solicitud en la oficina del Ministerio de Relaciones Internacionales en Cuba (MINREX), el cual impone un pago que oscila entre los 100 y 350 dólares por documento.
El proceso es desgastante y no pocos desisten. Los profesionales cubanos de la Salud son, en su mayoría, muy valiosos, de modo que para algunos puede resultar traumático lidiar con lo que consideran una “degradación”.
Un médico acostumbrado a tratar directamente con los pacientes se siente disminuido al tener que trabajar como asistente; pero tal es la dinámica de un sistema altamente competitivo en el cual se registran unos 60 mil galenos extranjeros.
Los profesionales cubanos tienen que decidir si se distancian por completo de la Medicina o se conforman con plazas técnicas y asistenciales que les permitan mantenerse laboralmente activos e insertados en el sistema de salud, a la espera de mejores oportunidades. Es una decisión abrumadora; sin embargo, la relación empleo-remuneración en el sistema estadounidense resulta determinante comparada con el cubano.
El déficit en aumento de médicos en EEUU podría aliviarse con la inclusión de profesionales provenientes de otros países. A tal efecto, Solidaridad Sin Fronteras intenta impulsar en Florida un solo examen de reválida y un año de residencia para que los médicos extranjeros puedan trabajar en las áreas más vulnerables del Estado: comunidades rurales, reservas indígenas y cárceles federales.
A modo de compensación ejercerían durante cinco años en estas zonas críticas y luego continuarían como profesionales independientes. El proyecto, de ser aprobado, representaría una excelente oportunidad para los galenos que buscan un lugar en el país norteamericano, donde los programas educativos para graduar médicos han disminuido drásticamente, con el consecuente encarecimiento de aquellos que se mantienen.
En el estado de Florida son cubanos la mayoría de los facultativos disponibles. Pediatras, neurocirujanos, cirujanos cardiovasculares… especialistas de experiencia que están subutilizados en una de las regiones donde más ha crecido la demanda de personal de salud.
En el año 1992 se realizó un programa temporal que redujo a uno el examen de reválida médica. La actual propuesta de SSF al Estado de la Florida no busca cambiar el sistema de exámenes, propone una medida transitoria para aliviar la necesidad de médicos.
No existe un programa para reválida de licencia profesional Federal (para la Unión), esta cuestión se maneja a nivel estatal como competencia de cada Estado. Quienes empujan el proyecto de ley para la flexibilización temporal del sistema de reválida médica en la Florida, lo hacen con la esperanza de lograr una ley ejecutiva del gobernador de la Florida o lograrlo por la vía legislativa a través del Congreso.
Aunque las autoridades estadounidenses conocen el problema deficitario, sobre todo en áreas críticas, muy poco se habla de las soluciones. Al respecto el doctor Julio Cesar señaló.
“En nuestra participación dentro del Senado hemos visto la sorpresa de los representantes cuando le planteamos las posibles soluciones al déficit médico en la Florida (…) nuestra propuesta es utilizar a todo ese personal médico con una buena preparación que está aquí, que no hay que importar, y que sigue llegando.”