LA HABANA, Cuba.- El encuentro de trabajo con las Juntas de Gobierno y las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE), sostenido por Miguel Díaz-Canel el pasado 25 de agosto, abordó asuntos económicos cruciales y atrajo menos atención que la visita del presidente, este primero de septiembre, a los Estudios de Grabación Abdala, paralizados desde mayo por el colapso del sistema de climatización y daños en las infraestructuras especializadas.
Controversial desde su fundación por Silvio Rodríguez en 1998, con el apoyo de Fidel Castro, Abdala demuestra el fracaso del sistema monopolizador y la supuesta independencia de las empresas estatales.
A pesar de la escueta reseña que publicaron los medios oficiales sobre el encuentro de trabajo, son de preocupar las crecientes dificultades económicas que enfrenta la isla para los restantes cuatro meses del 2018 e inicios del 2019, teniendo en cuenta que persiste una tensa situación financiera por el incumplimiento de los ingresos en divisas planificados, además de la afectación a las importaciones de materias primas, equipos e insumos. A esto se debe añadir la ineficiencia y el asfixiante control de las autoridades cubanas, así como la profundización de la crisis en Venezuela.
Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión para la Implementación y el Desarrollo, abordó en el encuentro de trabajo algunos temas como el reordenamiento monetario, su importancia para la economía, el papel que desempeñará el sector empresarial, y las principales insuficiencias en la aplicación de la política de cuadros, sobre todo en aspectos claves como la selección y el comportamiento ético.
No obstante, Díaz-Canel resaltó, a modo de conclusiones, el papel fundamental de las Juntas de Gobierno en el perfeccionamiento del sistema empresarial cubano, la importancia estratégica de la inversión extranjera para el desarrollo del país, la necesidad de una estrecha y directa relación entre el nivel central y las provincias, así como la combatividad ante las dificultades y no su contemplación. Así lo publicaron en la televisión nacional y en los principales periódicos del país.
El Programa de Perfeccionamiento Empresarial comenzó en agosto de 1998 mediante el Decreto-Ley No. 187, en el que 95 empresas, de las 891 existentes, debían demostrar durante varias etapas las condiciones para aplicar el nuevo sistema, basado en los resultados positivos de las entidades de las Fuerzas Armadas. Pero los problemas eran inmensos, empezando por la carencia de contabilidad, y terminando por el “sociolismo” y la corrupción.
Después, mediante el Decreto-Ley 252/2007 se reguló la creación, integración y funciones de los órganos del Sistema de Dirección y Gestión Empresarial Cubano (SDGEC), conocido como perfeccionamiento empresarial, y de las Juntas de Gobierno, pero en el Decreto-Ley No 295/2012 y el Decreto 302/2012 se realizaron algunas modificaciones, y se precisaron aún más dichas Juntas.
En diciembre de 2017 se publicaron el Decreto-Ley No. 334, modificador del Decreto Ley 252/2007 sobre la continuidad y el fortalecimiento del SDGEC; el Decreto No. 335, sobre la integración del sistema empresarial por organizaciones superiores de dirección empresarial, empresas y unidades empresariales de base; y el Decreto No. 336, que define las relaciones de las OSDE con el Consejo de Ministros, los órganos estatales nacionales, los organismos de la administración central del Estado y otras instituciones. Las OSDE se organizan en grupos o uniones en correspondencia con las características organizativas y tecnológicas de las entidades que las integran; y se mantienen, respecto a estas funciones de dirección y control, sin intervenir en su gestión, y con respeto a su autonomía, atendidas por un miembro del Consejo de Ministros sin suplantar al presidente en sus funciones de dirección.
Marino Murillo explicó en la Asamblea Nacional del 21 de diciembre de 2017, que la empresa estatal había cambiado su relación con el presupuesto del Estado, y definió que éstas retienen el 50% de las utilidades después del impuesto, además de 11 destinos de las reservas, que pueden crearse a partir de las utilidades. Murillo también, en la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular del 17 de diciembre de 2010, había ejemplificado que en algunos municipios, a pequeña escala, una empresa de subordinación nacional, no del Consejo de la Administración Municipal, ya aportaba los ingresos en divisas al presupuesto del municipio. Mirelys Martínez, presidenta del centro porcino en Caibarién, explicó lo anterior al referirse a su organismo, que vende a todos los hoteles de la cayería norte, sin abandonar el consumo del territorio villaclareño, más los envíos a La Habana.
Retomando a Abdala, cuando la afamada música y la discografía cubanas fenecían, Silvio Rodríguez logró el apoyo de Fidel Castro para levantar su empresa, que “mucha gente dice es el mejor estudio de grabación que hay en Cuba”, según declaró Díaz-Canel. La empresa ofrece servicios de grabación, masterización, restauración, producción y edición, y ha rescatado valiosas producciones de la cultura y la historia cubanas. También contribuye a la formación de técnicos, ingenieros y músicos, y colabora con reconocidos artistas y empresas de muchos países. Pero, si es así, por qué no contaba con presupuesto para el mantenimiento y reposición de equipos.
Para agosto de 2014 ya el cantautor denunciaba en su blog, lo cual reprodujeron algunos medios oficiales, que los estudios Abdala estaban sin electricidad por segunda ocasión en unos pocos meses. “Abdala no puede pagar porque desde hace ocho meses está en proceso de traslado al Ministerio de Cultura, trámite que no acaba de concretarse por razones ignotas (…) Llevo mucho tocando puertas que no se abren y hablando a oídos que no escuchan. No crean que no siento vergüenza de confesar esto públicamente. Pero más vergüenza me va a dar cuando vea los estudios en ruinas”.
Durante su visita a Abdala Díaz-Canel destacó que hay que defender esa idea porque fue de Fidel Castro y Silvio, y hacer el estudio sostenible, que pueda tener financiamiento todos los años. “Es una empresa, tiene que coger parte de sus utilidades y ponerla en función del mantenimiento, o pedir un crédito”, dijo.
El enjambre de regulaciones estrangula el despegue económico. Mientras no se estimule a los trabajadores mediante salarios justos y acordes con la permanente inflación, se libere el trabajo por cuenta propia en todas las profesiones, y la participación efectiva en la toma de decisiones, continuará todo marcha atrás. El gobierno propugna la necesidad de liberar las fuerzas productivas, pero las mantiene aprisionadas.